Latidos Del Apocalipsis (Rick Grimes x Male)

Prologo

El aroma a café recién hecho y pan tostado impregnaba el aire de la pequeña cafetería en las afueras de Atlanta. Nathaniel, o Nate como todos lo llamaban, se encontraba detrás del mostrador, limpiando distraídamente una taza mientras sus ojos se desviaban constantemente hacia la puerta. Era otro día más en su trabajo de medio tiempo, pero para él, cada jornada traía consigo la esperanza de ver a cierto cliente especial.

El tintineo de la campana sobre la puerta hizo que su corazón diera un vuelco. Alzó la vista, y allí estaba él: Rick Grimes, oficial de policía del condado King y, sin saberlo, el crush de Nate desde hace meses.

Rick entró con su característico andar seguro, el uniforme impecable y esa sonrisa que iluminaba la estancia. Nate sintió cómo se le secaba la garganta, pero logró componerse para saludar:

—Buenos días, oficial Grimes. ¿Qué le podemos ofrecer hoy? —preguntó, perdiéndose por un instante en aquellos ojos azules que parecían contener todo el cielo de Georgia.

—Lo mismo de siempre, Nate —respondió Rick con una sonrisa cálida que hizo que las rodillas del joven barista temblaran ligeramente.

—Un sándwich de pollo con todo y un café con leche, dos de azúcar. Estará listo en un momento, señor —confirmó Nate, devolviéndole la sonrisa.

Mientras preparaba el pedido, Nate no pudo evitar recordar las breves pero significativas conversaciones que había mantenido con Rick durante los últimos meses. Pequeños fragmentos de charla sobre el clima, las noticias locales o algún caso particularmente interesante en el que el oficial estuviera trabajando. Cada una de esas interacciones alimentaba el enamoramiento secreto de Nate.

Su mejor amiga y madre de su hijo Sabrina, quien también trabajaba en la cafetería, lo observaba con una mezcla de diversión y frustración. "Deberías invitarlo a salir", le había dicho en más de una ocasión. Pero Nate siempre encontraba una excusa: ¿y si Rick era heterosexual? ¿Y si lo rechazaba y dejaba de venir a la cafetería? El miedo al rechazo lo paralizaba.

Con el pedido listo, Nate regresó al mostrador donde Rick esperaba pacientemente.

—Aquí tiene, oficial. Que tenga un excelente día —dijo Nate, entregándole la bolsa y el café.

Fue entonces cuando Sabrina, en un arranque de valentía (o locura, según Nate), se acercó y soltó:

—Oiga, oficial Grimes, ¿le importaría darle su número a Nate? Es que usted le gusta, pero no se atreve a pedírselo.

El rostro de Nate se tornó de un rojo intenso. —¡Sabrina! ¿Qué crees que estás haciendo? No le hagas caso, oficial, ella no sabe de qué está hablando —balbuceó, deseando que la tierra se lo tragara.

Para su sorpresa, Rick no pareció molesto ni incómodo. Por el contrario, una sonrisa juguetona se dibujó en sus labios. —¿Oh, en serio? Porque si ese fuera el caso, estaría encantado de darte mi número, Nate.

—¡Claro que lo quiere! —intervino Sabrina nuevamente, sacando un papel y un bolígrafo de su delantal y ofreciéndoselos a Rick—. Solo tiene miedo.

Con una calma que contrastaba con el caos interno de Nate, Rick tomó el papel y el bolígrafo. Sus dedos se movieron con precisión, anotando una serie de números que Nate observó con una mezcla de asombro y nerviosismo.

—Aquí tienes —dijo Rick, deslizando el papel hacia Nate—. Llámame cuando quieras. Tal vez podríamos tomar un café... en otro lugar —añadió con un guiño.

Nate se quedó mirando el papel en sus manos, incapaz de procesar lo que acababa de suceder. El mundo a su alrededor parecía haberse detenido, y solo era vagamente consciente del tintineo de la campana cuando Rick salió de la cafetería.

Mientras Sabrina celebraba su exitosa intervención, Nate no podía apartar la vista de aquellos números. En ese momento, no tenía idea de cómo este pequeño papel cambiaría su vida, ni de los desafíos que el futuro les deparaba a él y a Rick en un mundo que estaba a punto de volverse patas arriba.

Personajes

Nathaniel Thompson, 25 años

"Es un maldito mentiroso"

Sabrina Smith, 25 años

"Deberías de respetarme, soy la madre de tu hijo"

Luke Thompson Smith, 10 años

"Carl es un odioso"

Steven Evans, 30 años

"Aveces no todo sale bien"