𝟔. 𝐑𝐄𝐂𝐔𝐑𝐑𝐈𝐍𝐆 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐌𝐀𝐑𝐄𝐒

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PESADILLAS RECURRENTES


Rosalind se despertó a la mañana siguiente con la noticia de que un mago búlgaro, que había sido partidario de Grindelwald, había sido encontrado muerto en su apartamento de París. Al parecer, no era identificable en absoluto, pero los vecinos proporcionaron a las autoridades información suficiente para identificarlo.

—¿Tú hiciste esto? —Entró de repente en el comedor, donde estaba segura de que estaría Tom, y señaló un titular en la primera página de El Profeta.


ANTIGUO SEGUIDOR DE GRINDELWALD FUE ENCONTRADO QUEMADO VIVO EN SU PISO EN PARÍS.


Los mortífagos que estaban sentados con él la miraron perplejos, sin darse cuenta de las acciones de su amo la noche anterior.

—Ese cabrón se lo merecía. De todos modos, le hice un favor a la ley, llevan años buscándolo.

—Necesitamos hablar. En privado..

Tom se aclaró la garganta mientras se ponía de pie y asintió con la cabeza a sus seguidores. Ella corrió tras él hacia uno de los muchos pasillos, todavía no muy familiarizada con su presencia en el lugar. Rosalind casi chocó con Riddle cuando él se detuvo de repente y se dio la vuelta para mirarla.

—¿Qué quieres decir?.

—Una persona fue asesinada por mi culpa, Tom...

—No es solo una persona, es un violador que también mató a tu mejor amiga. Ahora mírame a los ojos y dime que no se merece esto. —Sus ojos parecían brillar intensamente y ella había olvidado cómo se veía cuando estaban en situaciones como esta. Jugueteaba ligeramente con los botones de su camisa, con los ojos duros y eléctricos, la mandíbula tensa. Ella había memorizado inconscientemente todos esos detalles.

Rosalind suspiró, cruzó los brazos sobre el pecho mientras reflexionaba sobre sus palabras.—Está bien, está bien. No digo que no lo mereciera, pero quemarlo vivo, ¿en serio, Tom?.

—En realidad, utilicé una de mis mejores armas. Estaba experimentando. —Tenía una expresión de extraño orgullo en su rostro, como si lo que había hecho fuera mínimamente honorable.

La heroína francesa arqueó una ceja, apoyando su espalda contra un pilar y esperando que él le explicara.

—Es algo que he creado yo mismo. Una especie de poción. Funciona bien, pero bastaría con hacerle algunas mejoras.—explicó con naturalidad, como si simplemente estuviera hablando del tiempo.

—Ah, sigues siendo el mismo Tom Riddle que conozco. No has cambiado ni un ápice.

Él sonrió burlonamente ante sus palabras, y sus ojos se posaron en ella por un momento antes de disculparse para volver a desayunar. Sin embargo, Rosalind no pasó por alto la imagen de su rostro, sorprendida después de que ella lo tomó del brazo y lo apartó.

—Todavía no he terminado.

Riddle puso los ojos en blanco, con una mezcla de diversión y exasperación. Le gustaba cuando ella jugaba a ser la jefa.

—¿Por qué?.

El silencio bailó entre ellos, provocativo. Rosalind lo miró fijamente mientras el Señor Oscuro insistía en evitar su mirada. Tragó saliva, ella lo notó por el nudo que subía y bajaba en su garganta.

—¿Por qué hiciste esto, Tom? Apenas he vuelto hace unos días.

Dudó un momento y finalmente la miró directamente a los ojos. Hacía mucho tiempo que no los veía, demasiado tiempo. Sin embargo, algo había cambiado. Los iris verdes eran firmes y duros. Inquebrantables. Ya no eran los mismos ojos inocentes y perdidos.

THE DARK SIDE 2 | TOM RIDDLE ✓ [X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora