❝𝑼𝒏𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆❞ [𝓑𝓪𝓽𝓳𝓸𝓴𝓮𝓼]

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜

Mientras avanzaban los minutos el pelinegro se debilitaba, ya fuera por el sueño o los agridulces recuerdos que cruzaban su mente al ver al de piel blanca sentado frente a él.

—¿Puedo hacerte una pregunta?— Habló el payaso en tono amable, tratando de ganarse la simpatía del hombre.

—Que sea rápido.

—¿Por qué me miras así todo el tiempo?

—¿Así?— Respondió estupefacto, era claro que en su mirada había muchas palabras que no quería decir —¿Así cómo?

—Así— Respondió el maquillado, acercándose mientras lo miraba a los ojos con una sonrisa.

—Aléjate— Le exigió. Por más que lo ignorara el parecido que tenía este Joker con el otro era sorprendente. Ambos compartían muchas similitudes, las únicas ligeras diferencias se encontraban en la manera de arreglarse el cabello y el maquillaje.

—¿Vas a contarme cómo murió mi otro yo?

—No— Bruce tenía la necesidad de hablar sobre aquel día, pero no podía, porque la amargura del recuerdo lo consumía.

—¿Estuviste ahí, no es verdad? Leí en esos periódicos polvorientos que cuando el edificio se incendió, los bomberos te vieron salir del lugar.

Batman no respondió.

—¡Bien, lo entiendo! No tienes que contarme. Pero necesito pasar el tiempo de alguna manera, este lugar es muy aburrido...

Ya había pasado media hora, Dick bajó por el ascensor de la mansión hacia la baticueva, ya que tenía las llaves. Bruce sabía que había llegado, se dirigió al ascensor antes de que este abriera sus puertas.

—Quédate ahí— Le ordenó al payaso.

—¡No soy tu mascota!— Le respondió él en un tono altanero.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron Dick se dispuso a abrazar a su padre, que le devolvió el gesto rápidamente.

—¿Cómo estás Bruce?— Dijo luego de abrazarlo.

—Averígualo tú mismo...— Nightwing no tardó en notar al hombre de cabellos verdes que tanto dolor le había causado a su padre, estaba allí, justo allí, en carne propia.

—Papá...— Tartamudeó —¿Qué fue lo que hiciste?

—¿Tú también lo ves?— Preguntó ansioso.

—¿A qué te refieres?

—Creí que estaba alucinando— Suspiró aliviado.

—Padre... Necesito una explicación en este momento.

—A pesar de lo que creas yo no lo traje aquí.

—¿Estás muy seguro?— Grayson lo miró con seriedad.

—¡Claro que sí! ¿Acaso crees que soy capaz de revivirlo o algo así?— Refutó.

—Eres capaz de muchas cosas Bruce— Dick estaba más que consciente de que la muerte del criminal había afectado a su padre a tal punto de alucinar y tener pesadillas.

—Dice que viene de otra dimensión.

—¿Eso es posible?

—Ahora creo que sí... Lo encontré en un callejón sangrando, no podía dejarlo ahí.

—¿Estás seguro de que es él? Hay muchos locos en esta ciudad, cientos de ellos, cualquiera podría vestirse de... No veo su ropa de payaso.

—Su ropa está manchada.

—¡Cualquier loco puede usar maquillaje!

—Dick— Dijo tomándolo de los hombros —Es él, estoy seguro. Sabes que jamás podría confundirlo, su voz, su aroma, no es sólo su aspecto.