❝𝑼𝒏𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆❞ [𝓑𝓪𝓽𝓳𝓸𝓴𝓮𝓼]

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑑𝑖𝑒𝑧

El murciélago se quitó los guantes para buscar mejor, por más que encendió una linterna seguía sin encontrar la dicha pieza. El payaso hizo lo mismo, aunque fingía buscar en el suelo con las pálidas manos descubiertas, sus ojos jamás se apartaron del murciélago.

—¿Alguna vez lo besaste a él?— Preguntó el peliverde sin cuidado alguno con una amplia sonrisa, la confusa expresión de Bruce le causó la satisfacción que buscaba.

—Creí que me ayudarías a buscar— Contestó Batman en un tono brusco, sin poder ocultar la incomodidad que la pregunta le había causado, su vista seguía enfocada en el suelo.

—¡Pero estoy ayudándote! Es sólo una simple pregunta— El pelinegro no pudo evitar lanzarle una mirada de odio al escuchar la respuesta, sabía lo que trataba de hacer.

—¿Y qué si lo hice? Eso no te incumbe— Respondió siguiéndole el juego, el payaso se río ante la súbita contestación.

—Bueno... Quería saberlo, no hay nada de malo en eso, después de todo lo amabas ¿No es verdad?

—Ya te dije todo lo que querías saber, no voy a repetirlo.

—No me quedó del todo claro, nunca mencionaste ninguna relación romántica— El maquillado seguía recorriendo el frío suelo con sus manos, mientras sonreía con descaro.

—Porque nunca hubo ninguna relación romántica entre nosotros— Aclaró con frialdad.

—Pero... ¿Si lo besaste? No me sorprendería de ti, eres Bruce Wayne, el billonario playboy de la ciudad, es obvio que alguien como tú jamás tendría un compromiso serio— El payaso soltó una carcajada.

—Nunca dije que lo besé, sólo dije que si lo hubiera hecho no sería de tu incumbencia.

—¿Eso quiere decir que no?— El peliverde arqueó una ceja, Bruce sonrió levemente, le sorprendía la repentina insistencia con ese tipo de preguntas tan personales, no era algo de lo que quisiera hablar tan a la ligera. Sabía que el payaso no lo dejaría en paz hasta que respondiera, por lo que prefirió voltear la conversación a su favor.

—¿Por qué te interesa tanto?— Contestó Bruce con picardía, mirándolo a los ojos —¿Tú besaste a tu Batman alguna vez?

—¿Qué?— El payaso cambió su expresión risueña de inmediato, el murciélago lo había desconcentrado, besar a Batman era una idea que no podía concebir de ninguna manera, por más que le hubiera hecho chistes al respecto varias veces.
—No... ¿Por qué haría algo así? Me golpearía si lo intentara, además si lo hiciera sería sólo para hacerlo enojar, no porque yo quisiera.

—Él se enojaba bastante si me acercaba más de lo necesario— Bruce sonrió al recordar las pasadas peleas con su némesis y la cantidad de veces que intentó acercarse a él de manera tranquila, siempre recibió violencia a cambio, pero quizá disfrutaba esas interacciones suyas. Esas expresiones de irritación y confusión que el payaso tenía al ver a Batman intentando tratarlo con cariño, son cosas que extrañaba todos los días.

—¡Eso quiere decir que lo intentaste!

—Tal vez...— Bruce bajó la voz, usando un tono más suave —De todas formas nunca me dejó acercarme demasiado, pero está bien, no lo obligaría a besarme si no quisiera.

El peliverde lo miró a los ojos con una mezcla de lástima y desconcierto mientras sus manos se detenían sobre el áspero suelo, la manera en la que el murciélago hablaba de su némesis lo hacía estremecer. Veía el genuino afecto escapándose de sus ojos azulados, pero se repetía internamente que esas palabras no eran para él.

—¿Lo extrañas?— Preguntó el payaso con genuina curiosidad, esta vez no buscaba burlarse ni provocarlo de ninguna manera. Realmente quería saber que tanto añoraba su presencia.