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Actualidad. 14 de Septiembre de 2026.
ONU había citado a todas las naciones para dar un aviso especial, la mayoría se preguntaba de qué podría tratarse. Ni siquiera estaban en fecha de encuentros en ese momento.
La Organización de la Paz observaba al menor seriamente, estaban en su oficina y él arreglaba la corbata de su camisa, el opuesto miraba a su creador con atención, y una vez que soltó el accesorio de su ropa sonrió para verlo fijamente.
──Y, ¿quién eres?
──Soy la representación de La República de Chile. Mi deber es proteger y resguardar la seguridad de mis ciudadanos ante cualquier inconveniente o amenaza que pueda atentar contra su bienestar.
── . . . Muy bien, lo harás excelente── El mayor le sonrió y acarició levemente su cabello.
Cuando se hizo hora ambos salieron de aquella oficina. ONU vestía un traje negro, mientras que su acompañante lucía uno a juego y sostenía un maletín en su mano derecha. El chileno miraba los pasillos sin inmutarse, el hecho de que conocería a sus futuros colegas no le emocionaba ni le ponía nervioso. No sentía nada al respecto. ONU había tratado de enseñarle sobre sentimientos como la empatía, tristeza o enojo, pero no sabía como demostrarlos.
──No hables hasta que yo te lo indique, ¿correcto?
──Correcto── Respondió con tranquilidad viendo al mayor abrir la puerta de la Sala.
ONU entró primero. Luego él.
Cuando estuvo en frente de todos los presentes no supo qué hacer con exactitud, simplemente esperaba las órdenes del celeste. Notó muchas miradas sobre él. Y no precisamente buenas. Instintivamente apretó su agarre en el maletín buscando mantenerse cuerdo de alguna manera. ¿Qué le estaba pasando?
ONU aclaró su garganta y comenzó a hablar.
──Países── Todos se pusieron de pie al escucharlo──Déjenme presentarles a Chile, quien volverá a incorporarse en las instalaciones desde el día de hoy.
Los murmullos no se hicieron esperar, algunos veían al chileno con sorpresa sin molestarse por disimular. ¿Cómo no hacerlo?
Se supone que había muerto hace seis meses.
──ONU, ¿de qué se trata esto?── Levantó la mano Argentina──Creo que hablo por todos cuando digo que necesitamos explicaciones.
La Organización suspiró y le indicó al chileno que ya era su momento. El mencionado asintió y de su maletín sacó un par de hojas pesadas.
Las ordenó un poco y finalmente habló.
──Buenos días a todos y gracias por venir.
Esa voz hizo que México se estremeciera, por mero instinto tomó la mano de Argentina y la sostuvo con fuerza.
