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Cayó de rodillas en el suelo, las lágrimas fluyendo sin control por sus mejillas. Sin pensarlo, se aferró a las piernas de Argentina, hundiendo su rostro en ellas en busca de consuelo.

Estaba desolado, anhelaba a alguien que lo escuchara, que lo mirara con comprensión. Argentina había sido su amigo durante tanto tiempo, su compañero más leal. Habían tenido sus desacuerdos, pero tal vez había una oportunidad de comenzar de nuevo; estaba dispuesto a intentarlo.

Con la mirada perdida, levantó la vista hacia el argentino, su rostro una mezcla de lágrimas y angustia.

──Y-Yo… Arge, n-no sé si puedo seguir así.

No recibió respuesta, pero al menos esta vez no había sido rechazado por mostrar su vulnerabilidad. Argentina pareció tomarse un momento, su voz temblorosa resonó en el silencio.

Apretó más su abrazo, su pulso agitado.

──Realmente . . .  siento que n-no puedo más . . . a veces s-sólo deseo morir para que todo se arregle── su voz se quebró y comenzó a sollozar, liberando el dolor que había acumulado.

Deseaba haber actuado de otra manera, haber aclarado los malentendidos, esforzarse por descubrir si realmente era tan malo como decían. Chile no quería ser el villano; siempre había ofrecido la otra mejilla, evitando protestas y guardando sus verdaderos sentimientos. Entonces, después de haber vivido así tanto tiempo, ¿por qué sentía que había fallado? ¿Qué debía hacer cuando todos parecían rechazarlo?

Sin darse cuenta, Argentina posó una mano en su cabello, acariciándolo con suavidad. Ese gesto de ternura lo hizo llorar aún más. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que recibió un acto tan puro?

Una chispa de esperanza iluminó sus labios en una sonrisa débil. A pesar de su dolor, Argentina le ofreció consuelo.

──Tenés razón── finalmente habló el mayor, Chile fijó su mirada los ojos rojos del albiceleste, esos ojos que a veces le inquietaban, pero que ahora miraba con atención.

No lo entendió y, estuvo por preguntarle qué quería decir con eso, pero Argentina se agachó para tomarlo de los hombros con suavidad. Sintió un escalofrío por el contacto repentino, pero también se sentía feliz. Con su mano, el argentino limpió una lágrima que caía por su mejilla.

──Sería mejor si te morís.

Despertó de golpe, los parpadeos entrecerrados luchando contra la luz que se filtraba a través de las cortinas

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Despertó de golpe, los parpadeos entrecerrados luchando contra la luz que se filtraba a través de las cortinas. Su mente estaba nublada y confusa; una sensación de extrañeza lo invadía. ¿Eso había sido un sueño?

Se frotó los ojos, y fue entonces cuando sintió una picazón intensa en su ojo derecho. Una molestia aguda que lo hizo cerrar el ojo involuntariamente, tratando de calmar la irritación. Se sentó en la cama, la confusión aún reinando en su mente, mientras su otra mano buscaba alivio en el área afectada.

Respiró hondo, intentando reunir sus pensamientos, pero todo lo que podía recordar era esa extraña sensación de estar atrapado en un lugar que no podía nombrar.

Con un suspiro, se levantó de la cama, luchando contra la picazón que seguía atormentándolo. Se acercó al espejo y se miró, tratando de enfocar su mente. Su ojo derecho estaba ligeramente enrojecido, y él se preguntó si podría haber sido algo que lo había picado mientras dormía.

Lo único que podía recordar con certeza, era el rubí encantador pintado en los ojos de una persona. Creía que ya los había visto antes, pero no lo sabía con exactitud. Ver aquellos ojos se sintió tan real.

El corazón le latía muy rápido, no se sorprendió, sucesos como este ocurrían siempre: soñaba, despertaba y su ojo picaba. No le tomaba importancia porque solamente eran sueños, él jamás creyó que hubiera algo detrás de ellos, pero sí comenzaba a ser un poco molesto que pasara siempre lo mismo.

No, mejor dicho, le molestaba no entender. Pero no podía hablarlo con nadie, se comunicaba muy poco con los demás países y seguramente ONU le diría que se estaba poniendo neurótico.

Como sea, era fin de semana y no pensaba mover un solo pelo.












































































































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୧ ׅ𖥔 ۫ Ꮮᥲ ᥲᥙ᥉ꫀᥒᥴเᥲ dꫀ ᥣᥲ ᥣᥙᤁ ⋄ 𓍯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora