04.🌷

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“La única razón por la que no soltamos a la gente que nos daña, es porque antes nos hacía bien y tenemos la esperanza  de que vuelva a ser así.”

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Que cansada estaba, lo que más me dolía y me dejaba sin vida era luchar, luchar contra mi mente y mi corazón. Siempre escojo lo que creo correcto y cada una de esas decisiones me llevaron al peor momento de mi vida.

Siempre desee que me amaran, que me hicieran sentir especial y fue tanto así esas ganas de ser amada, que me aferre a ese amor. Me aferre de un modo tan ciego y sin razón que mi mundo empezó a girar entorno a una sola cosa, él.

Una ansiedad me llena el pecho, un aire lastimada mi corazón y una profunda tristeza cansaba mi cuerpo.

¿Por qué siempre se escucha al corazón?

¿Por qué deje a un lado mi bien?

¿Por qué no solo corría?

¿Era tan masoquista que me gustaba sufrir?

¿O a caso yo misma me he negado la paz?

Siempre tuve ese poder, el del salir corriendo y no volver más, y la verdad es que nunca quise, ignore cada lágrima, cada esfuerzo y todo el dolor que llevaba por dentro ¿Por qué? Por la felicidad de otra persona, porque sentía que era mejor estar hay que quedarme sola, porque la sola idea de marcharme y no estar más cerca de él me dolia incluso más que todo el dolor que me estaba causando estando a su lado.

Termine destruyendo me, una vez más, y cuando me di cuenta no era la persona que solía ser ni mucho menos la que deseaba ser.  Y quedé aquí, varada con más preguntas que nunca y sin saber ninguna respuesta, pero todas tenían una solución.

Era la única solución que no quería tomar, la solución que más miedo me producía, la que tanto quería esquivar pero me perseguía como mi propia sombra.

Alejarme.

Aprender a estar sola, sin nadie que puedira levantarme sin nadie donde pueda aferrarme. Pero como le tenía miedo a mi propia soledad.

Luche, me desafíe, me esforcé, caí pero ninguna de estas detuvo las ganas que tenía de seguir adelante sin importar cuan doloroso fuera la experiencia, nunca importo, pero llegó el momento de rendirme, de admitir que ya no puedo con esta lucha, que era hora de comenzar de nuevo.

Estaba cansada, me dolía tanto el corazón que lo único que quiero justo ahora es descansar y poder respirar sin sentir ningún tipo de dolor.














Fragmentos de un alma rota. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora