Durante mucho tiempo he sido tan dura conmigo misma, que nunca me permití ver más allá de lo que tenía enfrente.
Hay en el rincón oscuro. En lo más profundo frente a un espejo presenciaba mi reflejo, uno lleno de cicatrices, marcas y lágrimas.
Tenía ante mí una imagen sin brillo ni color; era como si no tuviera vida.
«¿Qué le había pasado a mi vida?»
«¿Se ha ido y me ha dejado aquí?»
En lo profundo escuchaba un grito que pedía salir a la luz, pero lo retenía.
Aquella voz que me decía...
"¿Qué te ha pasado?"
"¿Por qué lo has permitido?"
"¿Es aquí a dónde querías llegar?"
No guardaba silencio, no se callaba
¿Por qué seguía ahí?
¿No tenía otro lugar al cuál acudir?
Seguía ahí gritando un chillido aterrador que me dejaba estática no me permitía seguir.
Sabía la respuesta a todas esas preguntas, pero podía más todo lo malo que veía por encima que por dentro y no me dejaba escuchar aquel llamado. El dolor en mi pecho aumentaba buscando las respuestas a esas preguntas entre tanto desastre en mi mente, y la verdad era que no sabía, no tenía idea de lo que me había pasado; dejé que el sufrimiento me consumiera, no tenía ni idea de porque dejé que sucediera, pero sí estaba segura de algo y era que nunca quise llegar hasta aquí; no era lo que quería ni lo que deseaba, solo que lo permití.
Antes, cuando me veía, buscaba cada falla y así me estaba dañando y destruyendo. Siempre lo hice.
Pero hoy fue diferente.
Porque por primera vez después de tanto sonríe.
Sonreí, porque por primera vez me sentía bien con lo que estaba viendo.
Sonreí porque por primera vez no me ví con odio como solía hacer.
Sonreí porque por primera vez solo pensé en una cosa que no fue una crítica.
Sonreí porque me sentía orgullosa. Orgullosa por lo que había construído.
Porque mis luchas no eran en vano. Porque veía resultados. Porque valía la pena.
Orgullosa porque desde adentro en lo más profundo supe que tanto esfuerzo valió.
Por tantas caídas y golpes que no lograron detenerme.
Porque a pesar de las lágrimas sigo aquí con miedo, pero con esperanza...
Porque a pesar de que seguía viendo el mismo reflejo no escuché una voz que me gritara en el fondo que estaba destruida.
No sentí dolor. No sentí tristeza. No sentí desprecio.
Por primera vez pude verme con amor, sin que mi mente arruinara el momento.
Me sentí bien, me sentí bonita y me sentí feliz.
Sentí que a pesar del cansancio, había paz. Y por primera vez en años sonreí, dejando que las lágrimas se deslizaran por mi rostro; sí estaba llorando, pero de felicidad.
"A veces, el dolor se convierte en tu mayor fortaleza."
ESTÁS LEYENDO
Fragmentos de un alma rota.
Short StoryPorque si podemos 🖤🥺.. • Este libros es 100% mío.✨ • Este libro es para que entiendas un poquito del mundo. • Este libro tiene fragmentos que identifican la vida de algunos✨. • Este libro es mi propia experiencia.
