Capítulo 32 "No merezco"

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POV: Evans Walker

Estos últimos no los pasé muy bien, hace apenas una semana que decidí volver al instituto y lo hice porque ya se acercan las fechas de los exámenes finales y no quiero reprobar ninguno.

No graduarme complicaría las cosas así que decidí volver, pero al volver me di cuenta del miedo que ahora siento de pasar por los pasillos, ir al baño, entrar al salón o a cualquier otro sitio y no sentirme seguro porque me aterra la idea de que alguien ahí dentro me quiere hacer daño.

Tampoco he rendido mucho en clases, estoy muy distraído ya que no paro de pensar a causa de lo mismo, las chicas dicen que algo me pasa y yo solo evito la conversación porque no puedo decirles nada.

Solo las asustaría.

Prefiero callar y guardarme estas emociones para no preocupar a nadie más. Con saber que Sebas se está encargando de protegerme me es suficiente aunque ya nuestra comunicación no sea la misma y que cada vez que lo veo recuerdo todo lo que le dije lo que me da una sensación extraña en el corazón.

Pero no por eso he dejado de sentirme seguro a su lado, al contrario aunque no me guste. Creo que las cosas son mejores así porque yo me centro en mis cosas y el se dedica a cuidarme.

Solo eso

No me gustas, pero es lo mejor que me puede ofrecer.

Aún así lo agradezco.

Hoy estuve todo el horario a de clases sin poder sacarlo de mi cabeza. Todo lo que oía o hacia me traía un pensamiento sobre mi guardaespaldas y sentía una sensación como de susto o temor en el pecho que no se desvaneció hasta que le envié ese mensaje y él respondió.

Fue muy extraño.

Vamos de regreso a mi casa, yo estoy recostado de la puerta del auto con mis brazos apoyados sobre el marco de la ventana y mi cabeza sobre mis manos con los ojos mirando cada lugar que pasamos y el viento desordenando mi cabello.

Escucho como el chico a mi lado murmura algo que no logro entender y me giro a mirarlo. Sebas mantiene su postura recta mirando hacia delante y con sus manos puestas en el volante, donde me acabo de dar cuenta que está haciendo mucha presión con su agarre lo que me hace fruncir el ceño.

Desde que lo vi en el estacionamiento he notado lo raro que está actuando, incluso mas que en estas semanas que han transcurrido.

Aunque quiera ocultarme lo que que está pasando, puedo ver en su rostro que sea lo que sea es preocupante y lo ha mantenido tenso desde hace muchos días atrás.

—¿Qué haces? —Llamo su atención y me enderezo en mi asiento aún mirándolo.

—¿Ah? —Por un segundo voltea hacia mi y hace una mueca.

—Tus nudillos están pálidos —Observo —¿Qué pasa?

Rápidamente suaviza su agarre y lame sus labios.

—No es nada, solo se me ha ido la mano por estar pensado en otra cosa —Se excusa sin mirarme.

—¿Y en qué piensas —Continuo con mi ronda de preguntas.

—Nada de lo que debas saber —Responde y yo resoplo—. No debes preocuparte.

—No, si debo preocuparme de que pierdas el control del auto y estrellarnos, golpearme la cabeza y tener varias heridas en mi bello rostro, por tu falta de concentración en lo que tienes adelante —Señalo el camino y aprieto los labios.

—No ocurrirá nada parecido y tú bello rostro seguirá como está de increíble —Explica con calma y como si fuera lo más normal del mundo.

Intentaré no tomarle tanta importancia a lo que cada decir sobre mis rostro aunque ya técnicamente lo estoy haciendo.

Odioso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora