Capítulo 38 "El sentir y el tacto"

85 12 15
                                    

POV: Sebastian Harris

Hoy por fin me atreví a decir en voz alta mirándolo a los ojos, al mismo tiempo que solo pensaba sobre nosotros y que lo rodeaba con mis brazos poniendo toda mi atención en él.

Le dije lo que pienso a pasado muchas veces por mi cabeza y me obligaba a ignorarlo por lo que podría y seguro causará después ahora que lo he confesado abiertamente.

Me cansé... Mis emociones, mi corazón y mi cerebro se cansaron de guardarse algo que al principio creí imposible y prohibido, hoy el pensamiento es real y mis sentimientos son verdaderos.

No me arrepiento.

Y tener mis ojos cerrados con sus labios sobre los míos en un beso delicado y suave que el mismo ha decidido darme después de mi confección, me confirmo todo lo que dicta mi corazón.

Me tiene sin cuidado lo que pase después porque en este instante solo me importa el chico que se ha separado unos centímetros de mi y que me mira algo hipnotizado y sorprendido de lo que acabo de admitir, no. De lo que acabo de aclarar.

Su expresión me hace gracia, no me siento extraño o incómodo solo lo observo a medida detallando cada detalle de su bello y ruborizado rostro. Mi primer movimiento es levantar mi mano y posarla sobre su mejilla dejando caricias en su delicada piel.

—¿L-lo que dijiste, fue en serio? —Su voz es un susurro de inseguridad.

—Cada palabra de las que te he dicho ha sido con toda sinceridad —Respondo y sonrío con cariño, el pestañea variad veces como si fuera un sueño—. Te lo juro.

Digo la verdad y solo la verdad, este irritante y problemático chico ha sabido como meterse en mi corazón de una forma muy única cuando yo mismo me prometí fortalecerlo para que nada de esto pasará.

Falle y no me molesta.

—Entonces estás enamorando de mí —Es más una afirmación que una pregunta y creo que es para intentar entenderlo él mismo.

—Así de la misma manera que tú lo estás —Recalco y suavizo mi caricia.

Se queda callado y me sorprende lo mucho que me interesa mucho saber qué pasa por su cabeza ahora que no dice nada, solo se mantiene inmóvil observándome.

—Di algo —Se lo pido con suavidad ladeando la cabeza con ternura—. ¿Quiero saber qué pasa por tu cabeza?

—¿Puedo besarte otra vez? —Pregunta de una manera tan baja e inocente que nunca había escuchado en él—. Siéntete alagado, eres el único chico al que le he pedido permiso para besarlo —Y ese es el Evans de siempre que ahora comprendo lo mucho que me gusta.

Golpea mi pecho con su dedo y hace una mueca.

—Esa confesión sube tanto mi ego que ni te imaginas —Levanto las cejas con diversión y me pierdo en el deslumbrante brillo de sus ojos.

—No empieces de nuevo —Niega y una sonrisa divertida se escapa de sus labios, se cruza de brazos—. ¿Puedo, si o no? —Levanta una ceja.

Sin siquiera importarle que me está rogando sigue manteniendo su postura de chico grosero, malhumorado y hostil que ahora puedo admitir libremente que...

—Me encanta verte así, a la defensiva —Se siente tan bien decirlo y me gusta tenerlo tan cerca a unos pequeños centímetros de distancia.

—Responde o lo haré yo de todas formas —Advierte retándome con la mirada y yo río con gracia.

—¿Por qué tan insistente por una respuesta y no lo haces de una vez? —Inquiero sin entenderlo muy bien.

—Nada en particular —Niega con la cabeza—. Estoy perdiendo la paciencia —Me observa con travesía en su expresión.

Odioso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora