Capitulo 18

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                                                                 "El pasado de Astrid"

[el capitulo estará narrado por Astrid luego de que recuerde su pasado narrare yo, este capitulo trata principalmente sobre el pasado de Astrid como lo dice el titulo]

[el capitulo estará narrado por Astrid luego de que recuerde su pasado narrare yo, este capitulo trata principalmente sobre el pasado de Astrid como lo dice el titulo]

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—¿Cuándo mi vida se volvió un infierno? ¿En qué momento me sentí muerta?—me preguntaba, mientras mis pensamientos me arrastraban al pasado.

No sé exactamente qué me llevó a recordar esos días que tanto me lastimaron. Mi madre, Leyna, se casó con mi padre, Andrei, y de esa unión nací yo. Mi padre era un mafioso de carácter frío y reservado, siempre serio. Mi madre, en cambio, era todo lo opuesto: amable y generosa, una mujer llena de bondad. Eran como el día y la noche, dos polos opuestos.

Desde muy pequeña, demostraba habilidades sorprendentes. A muy corta edad ya sabía manejar un rifle; era una prodigio, y eso enorgullecía a mi padre, quien por fin veía la posibilidad de cumplir su egoísta sueño... vencer al Zar. Cuando cumplí cuatro años, iban a decirme cuál sería mi segundo género.

—Buenas tardes, Dr. Ivanov, ¿podría decirnos el segundo género de mi hija?—dijo mi padre, quien deseaba fervientemente que fuera alfa.

—Claro, pasen—dijo el doctor, haciendo luego una leve reverencia.

—¿Emocionada?—preguntó mi madre. Ella iba a ser feliz con cualquier segundo género; me quería como era.

—Un poco... ¿Qué sucederá si no soy alfa?—pregunté ingenua, con temor a lo que pudiera pasar.

—Te seguiré amando tal y como eres—dijo mi madre, con una brillante sonrisa.

Después de un largo rato de espera, el doctor volvió con los resultados. La tensión en el aire era palpable.

—Lamento haberlos hecho esperar. Tengo los resultados de los análisis: resulta que su hija es beta—dijo el doctor, incómodo.

Toda la sala quedó en silencio mientras procesaban que no era ni alfa ni omega. ¿Era beta? Mi madre parecía sorprendida, y mi padre también, pero su expresión cambió rápidamente al enfado.

—¿Qué?—dijo mi padre, sorprendido y visiblemente molesto.

—La paciente, Astrid, es una beta. Quiero aclarar que podría manifestarse como alfa o omega en el futuro, ya que a veces el segundo género cambia—dijo el doctor, nervioso y evitando mi mirada.

—¿Eso es una posibilidad?—preguntó mi padre seriamente. Parecía que eso le daba esperanzas.

—S-sí, pero también puede que no cambie su segundo género y termine siendo beta—respondió el doctor, temiendo por su seguridad.

Ante esto, mi padre salió de la sala repentinamente. Mi madre solo me abrazó y me susurró: "Yo te quiero tal y como eres". Le devolví el abrazo, sintiéndome inútil por no poder cumplir el egoísta sueño de mi padre. Al día siguiente, mi padre me llevó al límite en mi entrenamiento. No lo entendí al principio, pero luego me di cuenta: quería forzar a mi cuerpo a evolucionar a alfa.

Rosas sin espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora