DxD God Destructor

2. El extraño guerrero

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Capítulo 2. El extraño guerrero

El sol brillaba alto en el firmamento de un mundo que parecía salido de una fantasía sin límites. Desde las alturas, un lienzo de verdes praderas y densos bosques se extendía hasta donde alcanzaba la vista, los ríos serpenteaban como cintas plateadas, alimentando lagos de aguas cristalinas que reflejaban el azul del cielo.

Bosques colosales se desplegaban, con árboles tan altos que tocaban las nubes y hojas de colores vibrantes que iban del dorado al púrpura, algunos de ellos tenían formas extrañas, muy diferentes a los arboles y plantas de la tierra.

Criaturas aladas, similares a aves terrestres, pero con plumas brillantes y cuerpos esbeltos, sobrevolaban el paisaje. Estas aves tenían alas transparentes como las de una libélula, y de sus picos colgaban filamentos luminosos que brillaban como pequeñas estrellas. Otras criaturas surcaban los cielos: algunos eran parecidos a dragones, con cuerpos esbeltos y escamas multicolores, pero de tamaño pequeño y ágiles como halcones.

Desde esa altura, todo parecía pacífico, pero un hombre caía a gran velocidad desde las nubes.

Vegito había despertado en caída libre. El guerrero fusionado, tras el cataclismo en su universo, ahora descendía en un mundo completamente distinto, mientras atravesaba las nubes y veía este hermoso paisaje, no tenía tiempo para admirarlo.

Su cuerpo estaba destrozado, lleno de grietas de las que su energía no paraba de filtrarse poco a poco, reduciendo aun mas su ya diminuta reserva de ki.

A pesar de su extrema situación, el instinto de supervivencia del saiyajin lo mantenía alerta, pudo ver un pequeño lago a lo lejos entre las montañas y ríos, Vegito concentró todo su poder restante en una capsula de energía que lo envolvía por completo, usándola como escudo.

-Vamos... sólo un poco más... -murmuró mientras dirigía su cuerpo hacia el lago, impulsando un poco de energía para cambiar su dirección.

La caída era vertiginosa, pero gracias a sus habilidades, logró cambiar su trayectoria fácilmente. Al impactar con el lago, una enorme explosión de agua lo recibió, generando una onda expansiva que lanzó torrentes de agua a kilómetros de distancia.

Vegito quedó flotando boca abajo, el escudo de energía se disipó, y finalmente su cuerpo sucumbió al agotamiento, inconsciente y gravemente herido, la superficie del agua se tiñó de sangre a medida que sus grietas ya secas de energía comenzaron a sangrar.

Unos segundos antes...

Cerca del lago, un grupo de cuatro chicas jugaba alegremente en el agua. Eran jóvenes, radiantes, con una belleza fuera de este mundo, sus cuerpos esbeltos y curvilíneos brillaban bajo el sol, mientras sus risas resonaban en el aire.

-¡Melody! ¡Alguien está cayendo del cielo! -gritó una de ellas, señalando al cielo.

Melody, una joven de cabellos carmesí y ojos azules, alzó la vista con una expresión severa, su rostro, que irradiaba una nobleza natural, se torció en una mueca de irritación.

No era la primera vez que ellas, tan hermosas como peligrosas, atraían la atención no deseada de idiotas que se atrevían a acosarlas.

-Debe ser otro de esos pervertidos... -bufó Melody, su temperamento demostrando por qué era la líder de este pequeño grupo.

-¿Qué hacemos, Melody? -preguntó una chica de cabello plateado y ojos dorados, una de las más cercanas a ella.

-Ataquemos con todo, y si muere... es su problema -respondió Melody sin dudar.