Fobias con: Damian Wayne

BRONTOFOBIA

Brontofobia: Miedo irracional y enfermizo a los truenos y relámpagos.

La noche llegó y como era de costumbre toda la familia salió a patrullar. No había excepción, Bruce le pedía a todos sus hijos que salieran a patrullar sea o no una noche ocupada.

Y eso a Damian le enfadaba.

—Solo digo que no me parece justo que me dejen solo aquí —comenta Damian.

—No te quejes mocoso, al menos tu duermes ocho horas diarias —hablo en breve Jason harto de oír las quejas del chico.

—Yo tengo que hacerme un tratamiento para no tener ojeras, ¿sabes lo molesto que es eso? —en respuesta Damian solo gruñe —. Así que bájale a tu drama demonio —pide haciendo una mueca, provocando que un pan golpeara su rostro.

—EY Damian —llama Dick entrando —¿Por qué ese pan-zaso? —cuestiona con una sonrisa resplandeciente, Jason rueda los ojos por el mal chiste.

—Porque el mocoso tiene miedo de quedarse solito en casa cuando andamos en la patrulla —contesta Jason burlón.
Los cachetes de Damian se ponían rojos de la ira, iba a gritar pero Dick se adelanta.

—Pero Dami, no te quedas solo, Alfred se queda también.

—Alfred se fue hace una semana de vacaciones recuérdalo Dick —interviene Tim quien hablo sin despegar su mirada del celular y con dirección a la cafetera —Oh claro... pue-

—¿Qué hacen aquí aún? — los cuatro chicos voltearon hacia la puerta de donde provenía la voz. 

Los cuatro se quedaron mudos, ante esto Bruce suelta un gruñido frustrado.

—Si alguno de ustedes tres fuera lo suficientemente capaz de notar lo que sucede alrededor mi trabajo seria un poco más sencillo —exclama con seriedad. —¿Situación? —pregunta Dick reaccionando a que algo grave sucede.

—El Joker secuestro cuatro edificios con multitud dentro, amenaza con rociarlos con gas de la risa —informa —TT típico —murmura Damian para si mismo.

—¡¿Y tu que haces aquí?! —pregunta eufórico Jason levantándose de la silla, tirándola de paso.

—Me dirigía a la baticueva, pero escuche como Tim le recordaba a Dick las vacaciones de Alfred

—...

Los tres chicos reaccionaron de golpe y casi corriendo salieron de la cocina. Bruce los siguió, medio segundo después da dos pasos atrás regresando a la cocina.

Observa a Damian que con tranquilidad esta terminando su torta que parece de pura lechuga.

—Damian —el niño voltea de inmediato —. Duérmete temprano —y sin más desaparece por el pasillo.

Horas después Damian se sumergió en sus cobijas dispuesto a dormir. Dio vueltas en la cama y enseñó un poco, cuando por fin lograba quedarse dormido un fuerte estruendo lo espanta.

Se sienta de golpe, ligeramente asustado, conoce ese horrible sonido bien, esta vez no había un Alfred que lo protegiera, esta vez estaba solo.

Un nuevo estruendo lo hace saltar, cubre sus manos con la manta y las lleva a su boca.

Dos estruendos más lo hacen temblar.

Con mucho miedo Damian se levanta de la cama y se acerca a la ventana. Al echar a un lado las cortinas de la enorme ventana Damian mira el cielo con total terror.

El cielo esta nublado, mucho más oscuro de lo habitual, los truenos se escuchan con fuerza acompañados de los relámpagos que se observan en las nubes.