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Narra Ana

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Narra Ana

Estamos las cuatro en mi casa, empezando a arreglarnos.

Elena, llevaría un vestido azul marino precioso, que le resalta su figura.

Sofia, lleva un top rosa y una falda negra, que si la vierais os enamoráis de ella.

Estrella, lleva un mono negro precioso.

Y yo, llevo un vestido rojo, que combina perfectamente con mi tono de piel.

—Y lo guapísimas que estamos que?–dijo Estrella mientras las cuatro nos miramos al espejo.

Nos hicimos algunas fotos, para después poder subirlas al Instagram, y nos dirigimos hacia la discoteca. Ya que eran las 1 de la mañana.

—La que hoy no se líe con alguno –empezó a decir Sofía. —Paga una ronda de chupitos.

—Que cabrona eres –le dije porque todas sabíamos que ella en cuento llegara, ya habría 3 tíos intentando ligar con ella. —Como la tía sabe que va a tener a cualquiera detrás suyo, pues dice eso.

—Anda cállate –me dijo Sofía. —Que tú también, lo que pasa que a ti no te gusta cualquiera –dijo y era verdad, seguramente pagaría yo los chupitos, ya que a mi no me gusta liarme con gente de fiesta, a no ser que el tío me atraiga muchismo, cosa que no suele pasar.

Al entrar en la discoteca, nos fuimos hacia la barra y cada una se tomó un chupito para empezar la noche contentas.

Mira que a mi me encanta salir de fiesta con mis amigas, pero cuando pasa un rato, cada una se va por un lado y nunca las encuentro.

Así que decidí quedarme junto a la barra, así podría al menos pedir algo de beber.

—Hola –le dije al camarero. —Ponme un ron Coca Cola, porfavor.

—Aquí tiene –dijo mientas me daba la copa. —Son 8€ –dijo mientras me pasaba el datafono, para poder pagar con tarjeta.

—Gracias–le dije y me fui, ya que había visto a lo lejos a mi amiga Elena con un grupo de chicos.

—Mi amor–le dije acercándome a ella. —Ya perdí el reto? –le pregunté ya que la vi muy animada hablando con un chico.

—Que va, por ahora no –me dijo. —Pero tengo una buena noticia para ti. Me acaban de decir que en los reservados –dijo mirando para arriba. —Están el Beny, Morad y más amigos suyos–termino de decir y abrí la boca. —Puedes intentar subir y darle el Instagram, y pedirle perdón.

Así que en cuento me dijo eso me fui hacia las escaleras del reservado, sabía que iba a ser muy difícil entrar, solo iba a tener una posibilidad, y esa posibilidad era si estaba de guardia controlando quien subía, un amigo nuestro, ya que de tantas veces ir a esa discotecas nos conocemos a casi todos los que trabajan allí.

Morena -beny jr Donde viven las historias. Descúbrelo ahora