Una noche, después de un concierto en, Beny decidió salir a dar un paseo para despejar su mente. Caminando por las tranquilas calles, se encontró con una pequeña cafetería aún abierta. Entró y se sentó en una esquina, disfrutando de la tranquilidad...
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Narra Ana
Como podréis imaginaros, durmiendo ayer tan tarde y encima que después me volví a levantar y me volví a dormir enfadada, pues eran casi las una de la tarde y yo seguía en la cama.
No sabía si me quería mover, ya que si me levantaba y se había ido el cantante?
Pero bueno, por si acaso me peine y me cepille los dientes, ya que no quería que me viera con mi moño mal echo ni oliéndome mal el aliento.
Salí del cuarto y la casa estaba en silencio, por lo que imaginé que se había ido. Así que me dirigí hacia el salón, y lo vi allí, tumbado con la tele apagada. Mirando al techo.
—Pareces autista– le dije cuando le vi.
—No quería encender la tele por si te molestaba –me dijo y aún que me pareciera muy bonito gesto, yo sigo enfadada por cómo me habló ayer.
—Y el móvil? –le pregunté.
—Me lo deje en el coche –me dijo y yo sin darle respuesta me dirigí hacia la cocina para beber agua, ya que tenía la boca seca. —Te pasa algo? –le pregunto mientras entraba también en la cocina.
—No, por? –le dije, aún que si me pasaba algo.
—Por que ayer te fuiste pegando un portazo y ahora estás de mala leche –me dijo apoyando su espalda en la puerta de la cocina.
—Supongo que no me pasa nada –le dijo para ver si así me dejaba en paz.
—Ana, o me lo cuentas o me lo cuentas –me dijo acercándose a mi, y yo poco a poco me iba echando para atrás.
—Que no me pasa nada –le dije siguiendo echándome para atrás hasta que me choque con la encimera.
—Mientes muy mal Ana –me dijo ya a escasos centímetros mío.
—Si te lo digo, me dejarás en paz–le dije ya que esos escasos centímetros que nos separan me ponían muy nerviosa.
—Si –dijo y se separó.
—Pues que ayer me molestó que me hablaras mal al insistirte yo de que te vinieras a mi cama, que solo quería que durmieras más cómodo, no era para otra cosa –le dije mientras caminaba hacia mi habitación. —La cama es suficientemente grande para los dos –le dije mientras señalaba la cama.
—No quería que te sintieras incómoda Ana, no es por otra cosa –me dijo y se me acercó. —Deja de pensar cualquier otra tontería, para la próxima ya sé que lo haces por que quieres y no por compromiso –termino de decir y me dio un beso en la mejilla. —Por cierto me tengo que ir, que hoy tenia que comer con el Beny y el coletas. Tu que vas a hacer? –me pregunto.
