Snake [Katsudeku]

Capítulo 17

¿Por qué preguntas?- estira su brazo sobre la almohada para que Izuku pueda recostar su cabeza en ella.

Kacchan- en su voz suave puede notar los pequeños rastros de tristeza que su pareja tiene, él atrae al peliverde a un abrazo poniendo su mano en su vientre- Yo no puedo tener bebés.

Lo sé Izuku, lo sé- lo supuso desde la segunda vez que tuvieron sexo siendo pareja, siempre se encargaba de llenar su coño con su esperma pero nunca había visto que él se sintiera con síntomas de embarazo o algo así- No me importa eso, con tenerte a mi lado me basta.

No mientas Katsuki.

¿Mentir?Yo no miento- observa como Izuku se levanta de su abrazo molesto, se sienta en su puesto para darle la espalda.

Mentiroso, eres un mal mentiroso Kacchan- siente como su corazón late más pesado y como el nudo empieza a formarse en su garganta, traga pesado y muerde su propia lengua para quitar esa sensación de querer llorar- Vi cómo jugabas con los niños, ellos te quieren y te pedían que jugaras con ellos, tú...Tú les sonreías con cariño.

Izuku- se levanta de la suavidad de la cama y se pone detrás del pecoso, pasa sus manos por debajo de sus costillas para que descansen en su vientre, su mentón queda en su hombro y inhala su suave aroma con toques del sexo que los dos acaban de tener- Me gustó la idea de tener hijos pero se que tú no puedes traer vida a este mundo, se que duele y pude notar como últimamente te ibas poniendo triste, pero yo quiero estar contigo Izuku, no me importa nada más que estar juntos.

¿Estás seguro, Kacchan?- su cuerpo se relaja con rapidez y tira su peso hacía el pecho del híbrido, cierra sus ojos sintiendo como su pecho vuelve a su latir normal- También quiero estar junto a ti.

Estoy seguro, cariño- sus labios besan la mejilla pecosa del peliverde, muerde un poco la piel sacándole un quejido- Te amo tanto que iremos junto a la Diosa y te daré la mitad de mi vida para que pasemos mucho tiempo más juntos.

Al oír esa confesión Izuku se da la vuelta para poder ver los ojos carmesí de su amado- ¿Qué?- Katsuki le sonríe, oh le sonríe como solo él podía sonreír y acelerar con calidez su pecho.

Te amo- abre sus brazos esperándolo, Izuku se tira encima de él tirandolo a los dos de nuevo a la cama, envuelve sus brazos en el pequeño cuerpo de su pareja y besa su cabeza- No te preocupes por nada más Izuku, estaremos mucho tiempo juntos y te construiré una casa, haremos un jardín para tus plantas locas y así puedes jugar al científico, te prometo que siempre te cuidaré con todas mis fuerzas.

Kacchan- no pudo evitar llorar, sus mejillas mojadas humedecen el pecho del híbrido pero éste no se molesta y sólo lo abraza más fuerte- Si Kacchan, estaremos juntos.

Habían pasado tres semanas desde que ellos habían hablado sobre hijos, se sentía mucho mejor pero en su cabeza rondaba un sólo pensamiento.

La diosa, la diosa, puedo pedirle a ella un bebé para Kacchan.

Lo había pensado una y otra vez, pero algo lo detenía, no sabía donde quedaba la cueva de la diosa y no quería decírselo a Katsuki, quería que fuera una sorpresa.

Tal vez pueda preguntarle a Mitsuki, decirle que haremos un viaje y si me podría dar un mapa- esa era una buena idea, era segura pero...- Ella le podría decir a Katsuki, y él me preguntaría.

Murmuraba en un minuto miles de variantes para llevar su plan a cabo, luego de pensarlo detenidamente llegó al indicado.

La vieja va a estar feliz de que la visitemos-.

No le digas así Kacchan- ese mismo día le había pedido a Katsuki ir de nuevo a la aldea con la excusa de pasar más tiempo con la familia del híbrido, habían planeado lo que llevarían y al día siguiente a primera hora de la mañana habían salido rumbo a las montañas. Caminaban entre cortas pláticas sobre los regalos que habían llevado desde la aldea, desde un círculo grande de queso y un cerdo para dorar su carne en una hoguera.

Katsuki, Izuku- desde lejos se podía ver cómo la mujer híbrida los saludaba y como su cola se movía haciendo un ruido con las joyas que los adornaban, voltea a ver a Katsuki para ver cómo la punta de su cola ya había crecido de nuevo estando casi como nueva.

Mitsuki los había recibido a ambos con un gran abrazo y besando sus mejillas con sonoros besos de cariño, los dos habían presentado los regalos diciendo que esa noche comería la familia junta con los demás, para Izuku esa era una cálida costumbre el compartir todo con los demás híbridos.

Entonces solté a Katsuki para que nadará y se puso a llorar pidiendo que lo volviera a agarrar- la mujer contaba feliz las anécdotas que los tres como familia habían pasado desde que Izuku salió del cascarón.

Vieja bruja- murmuraba enojado sentado junto al peliverde, quién abrazaba su cola acariciando las escamas, suaves escalofríos relajantes recorrían su cuerpo- Más arriba.

Izuku se rió antes de subir sus manos hacía arriba donde sus caderas empezaban, masajeaba suave pero firme rascando las escamas y viendo como la cola se encogía para luego relajarse, Masaru se levantó de su lugar para ir a traer más frutas, Izuku aprovechó ese momento para llevar a cabo su plan, se levantó para seguirlo y poder acercarse a él.

Masaru- lo llamó, el pobre hombre se sobresalto un poco al escucharlo- Lo siento.

No te preocupes hijo, ¿necesitas algo?- el hombre empezaba a poner fruta en una canasta de paja para llevarla a la hoguera.

Es que Kacchan y yo queremos ir a la cueva de la Diosa pero él no sabe el camino y le da pena pedirle un mapa- en su mente cruzaba sus dedos para que esto diera resultado y no meterse en un problema aún más grande- Me gustaría saber si me podría dar un mapa y marcar el camino por favor.

Ese muchacho- se ríe ante lo despistado que piensa que es su hijo- Espérame aquí te traeré uno- dejó un momento solo al peliverde mientras iba a su tienda para traer un mapa, le gustaba tener alguno por si se presentaba alguna situación.

Izuku esperaba nervioso en el lugar, rezando para que Katsuki no fuera aparecer en algún momento, ve la figura de Masaru acercarse y al fin puede respirar en paz.

Aquí lo tienes, cuídalo mucho-.