—¡Lo ves, te estás burlando! ¡Nunca más te vuelvo a contar nada! —reclamó la menor apuntando a la castaña frente a ella, quien estaba echada para atrás sobre su asiento y se agarraba la panza con los brazos.
Estaba que carcajeaba exageradamente y esto fastidiaba a cierto punto a la rubia.
—L-lo siento, es que- —no terminó, pues nuevamente se echó a reír.
Rosé bufó.
Al cabo de unos segundos, Jennie se calmó y quitó una lágrima que caía por el rabillo de su ojo.
—Ya, ya lo he procesado.
—Ajá, "procesar".
Es tono enojado de la menor era igual de cómico para la castaña, pero debía contenerse para no hacerla prenderse más en llamas.
—Perdón, pero no me puedes culpar Rosé, tú le pediste a tu novia sin pizca de vergüenza que te la mame en público.
—Ugh, no es exactamente así como se lo dije —susurró la rubia y cubrió su rostro con pena, contando mentalmente hasta diez.
—En serio, debes planear algo mejor y elaborado si quieres llevarte y darle la mejor primera experiencia sexual a tu novia.
Rosé escondió su rostro sobre la mesa y en sus brazos. Con poco interés habló:
—Y qué se supone que debo hacer, Jisoo tiene veintiocho pero pareciera tener la mente de una niña.
—Hmm... Qué te parece si...
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