Se sorprendió cuando fue recibida por un fuerte aroma dulce y chocolatoso. Se adentró más y descubrió que aquel tentador olor provenía de la cocina, su novia recién sacaba las galletas del horno y cuando se volteó la impresión casi le hacían tirar toda la bandeja.
—¡Rosé, amor hola! Me tomaste por sorpresa, no te escuché llegar —saludó la mayor dejando las galletas encima del mesón y quitándose el guante antes de correr a recibir con mejor acogida a su pareja.
Ambas se besaron. Rosé creyó que Jisoo había superado la vergüenza que le hizo pasar ayer y la tomó por la cintura, pegándola aún más a su cuerpo e intensificando levemente el beso.
Kim no se estaba dando cuenta pero la menor ya estaba dando pie a su plan. De todas formas, aunque fuera la primera vez que sus besos toman un rumbo más fuerte no se separó, en su lugar, correspondió enrollando sus brazos alrededor del cuello contrario.
Al cabo de unos segundos, la falta de aire las consumió obligándolas a separarse.
El respirar agitado de Jisoo resonó en los oídos de Rosé sorprendiéndola.
Todo iba a terminar como quería solo si llevaba las cosas con calma para no asustar a su novia.
—E-estabas haciendo galletas —dijo buscando que la preste su atención en esta.
—Uh... S-sí, quería tenerte una sorpresa para cuando llegarás, y justo a tiempo, pues están calientes, como te gustan.
"Calientes... Como me gustan" Su mente ya comenzaba a jugar con ella.
—¡Mmh! ¡Suena delicioso! Vamos a comerlas, me muero por probar... las —fue un poco cortante y ambas se adentraron a la cocina.
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