Rosé no se esperaba que obedeciera enseguida, su primer pensamiento era que la mayor dudaría o se incomodaría por su petición, pero su sorpresa fue su sorpresa fue más grande cuando la tibia y húmeda lengua de su novia pasó por el borde de sus labios superior, limpiando el chocolate.
Finalmente, Jisoo había acunado su rostro entre sus manos y le robó un beso que acompañó con el gesto de una adorable sonrisa.
—¿Así está mejor? —preguntó la mayor con calma, Rosé quien seguía sin poder creerlo le asintió. —bien, creo que me llevaré esto —dijo apartándose para tomar el plato con las galletas, pero rápidamente fue arrastrada a su lugar por la menor, quien la sujetó por la cintura pegándola peligrosamente a su cuerpo.
El corazón de Jisoo de aceleró con aquella acción y posó sus pequeñas manos sobre el pecho cubierto de la rubia.
—Espera, creo que aún tengo un poco más de chocolate encima —dijo la menor, Jisoo alzó sus cejas y con sus ojos buscó los supuestos restos del dulce, sin embargo, no encontró nada.
—No veo nada, ¿Dónde tienes? —cuestionó con inocencia.
Rosé rió por lo bajo —aquí —llevó una mano hasta la nuca contraria y acercó el rostro de la mayor chocando así sus labios.
Jisoo no era tonta, ella se esperaba un movimiento de este estilo y aún así fue tomada por sorpresa.
De todas formas, no se iba a quejar, si su novia quería jugar un rato entonces le seguiría la corriente.
Enrolló sus brazos alrededor de su cuello y se puso de puntillas en un intento de quedar a la altura de la menor, movió su cabeza al lado contrario permitiéndose un mejor ángulo en el beso.
Jisoo por un instinto dejó que la rubia se abriera el paso dento de su boca, no solo eran sus labios los que habían chocado y bailaban a la par, pues sus lenguas se encontraron en aquella pieza degustando la una de la otra e intensificando aún más el nivel de aquel cruce.
Ambas mantenían sus ojos cerrados; el subconsciente de Rosé gritaba de alegría por aquella acción de la mayor y a la vez yacía en un estado de shock por la correspondencia de su intención por parte de su novia, ¿Era real todo esto? ¡Lo estaba disfrutando!
Pasados los minutos ambas se separaron con falta de aire y pulmones aclamando por ello, Jisoo no perdió la vista de su pareja y Rosé por su parte tampoco tenía planes de hacerlo, parpadeó rápidamente y tragó fuerte al notar los delirantes ojos de su novia, Kim no se había despegado de su cuello y estaban tan cerca que su aliento contrario chocaba placenteramente con su rostro.
—Woah... —fue lo único que pudo decir Rosé después de aquel beso. De todas las veces que pudo compartir con Jisoo, este sin duda fue el más potente que ha probado. —Jisoo, eso fue...
—Espectacular —culminó la mencionada luego se relamió los labios observando los ajenos ansiosa de volver a saborearlos.
—Oh... Dios mío, Jisoo-
De pronto, la coreana había posado un dedo índice sobre su boca obligándola a callar —¡Shh! ¡Mira! Aún tienes chocolate, debo quitártelo —dicho esto, la mayor sonrió con malicia.
Rosé supo que aquellas palabras fueron la gota que derramó el vaso.
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