El obsceno sonido de la boca de Jisoo atendiendo el miembro despierto de su novia iba de la mano con los suaves gemidos que esta botaba por sus labios.
Jisoo se había bajado del islote y se acomodó de rodillas quedando a la altura de la notoria erección bajo los pantalones de la rubia.
Cuando Rosé plantó su atenta mirada a cada movimiento de su novia, una extraña corriente le recorrió el pecho y ese cosquilleo al sentir sus prendas ser retiradas y una vez deshechas, el tibio tacto de las manos ajenas le hicieron perder totalmente la poca cordura que yacía encerrada dentro de ella.
La australiana se encontraba acorralada contra el islote, sosteniéndose con ambas manos en este; la coreana le agarraba del muslo y con su otra mano envolvía el erecto falo de su menor, jadeaba con deseo y anhelo de cumplir las expectativas de Chae al devorarle con hambre el pene.
La rubia que había tenido su cabeza echada para atrás, la volvió adelante apretando un poco sus párpados cuando sintió el delgado pulgar de la pelinegra sobre su glande y sobarle con suavidad, el lubricante "natural" con la saliva eran de ayuda para que ese dedo pudiera deslizarse más fácil en su volumen.
Abrió nuevamente los ojos y sintió sus piernas temblar levemente.
Carajo, estaba por venirse, Kim Jisoo estaba por hacerla venir. Su jodida novia le iba a dar su primer orgasmo, qué orgullo.
La tomó por el cabello envolviéndolo y sin decir nada la obligó a meter el tronco entero dentro de su boca.
El reflejo vomitivo en la garganta de la coreana le hizo emitir un claro sonido cuando la punta de su miembro rozó una parte de y la úvula.
—Vamos, mámala —ordenó Rosé casi en un gruñido, a pesar de que era ella quien tenía el control en ese momento, Jisoo intentó mover su lengua aprisionada contra la gruesa extensión de su novia. Chae pudo sentirlo. Eso, muy bien... empezó a ejercer movimientos de atrás hacia delante, embistiendo la boca de Kim, creando huecos pero mojados sonidos dentro de esta, siguiendo sus jadeos y los gemidos de la mayor. —Mierda, Jisoo, dónde aprendiste a chupar una polla si nunca lo habías hecho antes... Ugh, me estoy por venir... —suspiró cerrando sus párpados con fuerza.
Unos pocos segundos después, estaba llenándole del espeso líquido la cavidad bucal a su novia, quien no puso objeción alguna al abrirla recibiendo gustosa la esencia de su novia.
—Eso, trágalo —ordenó agarrando por la mentón para que la viera mientras está cumplía con su pedido.
—Sabes bien —confesó la mayor con una sonrisa en sus labios, Rosé repitió el gesto e hizo que está se parase antes de robarle un beso, restándole importancia a los restos de su semen en esta.
—Mmh.. creo que es mi turno de devolverte el favor.
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