Ambas habían caminado hasta la habitación, donde Jisoo fue tumbada al colchón y directamente fue atacada por los besos de su novia. Llenando su rostro con estos y bajando con desespero por su cuello y torso, Jisoo suspiraba con cada sensación.
—Adoro la textura de tu piel, es tan dersa —dijo Rosé acariciando parte del muslo desnudo de su mayor. Está sonrió sintiendo sus mejillas calentarse.
Rosé continuó su recorrido hasta el vientre de la mayor, la cosquilleante y caliente sensación de su aliento provocó que Jisoo se estremeciera y saco un sonrisilla en ella. Chae en un rápido movimiento tomó su muslos y separó abriéndose paso entre estos. La mayor no podía estar más muerta de la vergüenza y tapó su rostro sintiendo su rostro arder aún más, Rosé se dio cuenta de esto y quitó sus manos.
—No te cubras preciosa, quiero que me veas mientras te como el coño —Jisoo tragó en seco ansiosa, jamás se imaginó que Rosé tuviera un vocabulario tan explícito.
Quizá el factor influyente sea la situación en la que se encontraban.
—¡Oh! —de pronto, sintió como su zona era invadida por el tibio gusto de su novia, robándole un inesperado jadeo.
Rosé no fue para nada gentil, estaba deseosa y hambrienta por llenar su boca con la dulce esencia de su adorable novia, tal como ella lo había hecho. Jisoo ya estaba mojada desde un principio, su vagina había estado empapada de sus fluidos y su centro palpitaba rogando por ser consentida.
—Mierda, eres deliciosa mi amor —dijo Rosé haciendo sonreír débilmente a Jisoo.
Se atrevió a estimular el clítoris de la mayor con su dedo anular, Kim ahogó un gemido con esto y una "o" se formó en sus labios. Sin previo aviso un dígito entró en ella rozando perfectamente su punto dulce, bastó para que su espalda de arqueara y sus manos tomasen la sábana apretándola con fuerza.
—¡Mmh! ¡Rosé-ah! —chilló.
—¡Mírame Kim! —ordenó y Jisoo obedeció, su ceño estaba fruncido y mordía su labio inferior reteniendo todo sonido que amenazaba por escaparse de estos. Rosé masturbaba su centro mientras que su otra mano de encargaba de penetrarla, gracias a sus abundantes fluidos la fricción en los dedos era más rápida y se deslizaban con tal facilidad.
—O-otro, quiero más... Rosé, por favor~ —su tono se volvió ronco y la rubia cumplió con su pedido, adentrándose con otro dígito de manera lenta, mientras la rosada carne del coño de su novia le apretaba —así~ —se apoyó mejor sobre sus codos y su cabeza para atrás, la boca abierta botando todo tipo de sonidos y maldiciones mientras era penetrada por los dedos de su australiana.
Rosé apartó su mano del clítoris de Jisoo y la llevó hasta su aún despierta erección, acariciándola sutilmente, no quería correrse así, por supuesto que no.
Maldición, ya le estaba doliendo como el infierno pero le excitaba a tal punto que disfrutaba follarse a Jisoo tan solo con sus dedos.
Pero no dejaba de lado esa idea de ya tenerla debajo suyo, escucharla gritar su nombre y que le rogara por más.
—Ahh~ R-rosé, ¡Me v-vengo! —avisó con un agudo gemido alertando a la menor, sintiendo como las paredes de Kim comenzaban a ahogar con más presión sobre sus dígitos.
Rosé no se iba a venir en su propia mano, y tampoco iba a dejar que su novia tuviera un orgasmo tan simple como lo sería ser embestida por unos dedos.
Retiró rápidamente sus dedos de dentro y en un instinto Jisoo la vio confundida —p-pero-
—Haré que te corras —se escurrió más arriba alcanzando los labios de Jisoo y plantando un rápido beso en estos —pero sobre mi polla.
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