Había pasado un corto tiempo desde el día que le había escrito una carta a su amor por última vez, una carta que quizá no leería.. al menos no ahora.
Estaba recostada sobre la cama descansando mientras veía hacia el techo decorado de pequeñas estrellas que brillaban en la oscuridad, en algún momento pensó que ese momento lo viviría al lado del amor de su vida... pero lamentablemente no fué así, sin embargo no dejaba de pensarle a cada segundo, entre sus brazos estaba un pequeño de piel morena, cabello verde menta y ojos amarillos, quizá el universo la amaba tanto, la adoraba que le regresó el recuerdo de Raine por medio de su hijo, cada pequeño fragmento de su delicado rostro era similar al de elle.
—No puede ser que luego de nueve meses en mi vientre me salgas con que te pareces tanto a Raine— Ella le veía dormir —Se que volverá pronto.. y te verá..— arrulló al pequeño acercándolo lo más posible escuchando su pequeño corazón mientras le pensaba y en cómo y cuánto le extrañaba.
Días antes del parto recibieron una pista de Darius, le habían visto lejos de huesos Burgo y Alador junto con Lilith y los padres de Raine habían viajado buscando algo más, luego de tres días no habían encontrado nada y regresaron pues se les había informado que Eda había sido trasladada al hospital por el nacimiento de "Connor". Ambes habían hablado sobre nombres para sus futuros hijos, y ese fué el nombre elegido para su primer hijo varón.
Mientras ella descansaba apareció Alador en la puerta de la habitación pidiendo permiso para entrar, a lo cual Eda lo dejó.
—¿Está todo bien?, ¿Necesitas algo?— Eda negó mientras Alador caminó hasta orillas de la cama —Se ve tan tranquilo dormido— Eda sonrió —Lo sé, aunque me costó mucho hacerlo dormir ayer en la noche.
—Y parte de la madrugada también— Dijo riéndose en voz baja, ver a Eda ahora convertida en toda una madre le hizo recordar cuando ambos eran novios, Alador también soñó con una familia, una familia junto a ella, pero tiró todo cuando decidió meterse con Darius —Te sienta bastate bien verte así— Eda notaba las pequeñas lágrimas en los ojos del castaño —Tenía miedo...— Hizo una pausa viendo al bebé —Tengo miedo aún.. no se cómo ser una buena madre, ¿Y si Raine no aparece?, ¿Y si no soy capaz de soportarlo?— Eda se movió saliendo lentamente de la cama dejando al pequeño en su cuna dormido.
—Soporto aún por él, pero me muero con su ausencia, quisiera simplemente encontrarle y terminar con esta maldita pesadilla— Ambos caminaron hasta el balcón de la habitación de Eda, la noche era fría y el viento golpeaba su rostro —Siempre eres tan positiva, pero está vez tampoco puedo decir que podamos realmente encontrarle, ya pasó mucho tiempo. Los demás siguen en su búsqueda pero... — Alador la vió pequeñas lágrimas salir de sus ojos y sintió un nudo que le cerró la garganta—Eda... Quiero pedirte disculpas, otra vez, jamás supe que pasó y por qué carajos lo hice, y un día simplemente te perdí, creeme que fuiste importante y te amé.. pero no sé que carajos le ví a ese maldito— Eda se limpió un poco las lágrimas.
—Ahora que lo pienso.. No me has contado como fue que Darius y tú.. ya sabes— Alador se recargó en una de las paredes del lugar, realmente no supo cómo, solo sabía que esa mañana despertó desnudo entre los brazos y en la cama de Darius —Te voy a contar lo único que recuerdo de esa noche— Una noche en la cuál salieron de fiesta en plan de amigos, una noche que desearía nunca haber vivido —Ambos quedamos de vernos en un club donde antes de tener pareja solíamos ir los fines de semana, ese día tu y yo habíamos discutido... Estaba tan molesto y deseaba liberarme de tanto, tomamos demasiado, Darius se besó con un par de chicos y entonces simplemente sentí la necesidad de hacer lo mismo pero él no me dejó.. dijo que ayudaría y me terminó besando, luego... Solo recuerdo que fuimos hasta su casa caminando en plena madrugada y luego desperté desnudo en su habitación.
ESTÁS LEYENDO
𝘌𝘭 𝘋𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘕𝘰𝘴 𝘜𝘯𝘪ó/ [𝘙𝘢𝘦𝘥𝘢] 𝘛𝘩𝘦 𝘖𝘸𝘭 𝘏𝘰𝘶𝘴𝘦
RandomSe amaban, se cuidaban, eran felices. Eda y Alador eran felices, Raine y Darius eran felices, pero nadie sabe lo que les espera, pues el corazón no puede controlar de quien se enamora.