VII

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El domingo llegó con un cielo despejado y un sol brillante que prometía un día perfecto. Ochako Uraraka y Himiko Toga habían planeado pasar el día juntas en el parque de diversiones, una actividad que, en su mente, tenía un matiz especial. Aunque la idea de una "cita" era más bien una broma para ella, estaba emocionada por la oportunidad de disfrutar de un día divertido con Himiko.

Ochako se vistió con un conjunto casual pero coqueta: una blusa de manga larga en un tono rosa claro, combinada con una falda de mezclilla corta y unas botas de cuero marrón. Completaban su look unas bufandas y unos aretes sencillos pero llamativos. Su objetivo era verse bien sin exagerar, adecuada para un día lleno de juegos y risas.

Himiko, por su parte, eligió un atuendo igualmente encantador pero cómodo. Llevaba una camiseta blanca con un estampado de pequeños dibujos en colores pastel, combinada con unos pantalones vaqueros ajustados y unas zapatillas deportivas. Encima, llevaba una chaqueta ligera en color azul que añadía un toque de sofisticación a su atuendo sin restar comodidad. Su cabello estaba recogido en una coleta alta, dejando que algunos mechones enmarcaran su rostro de manera natural.

Cuando se encontraron en la entrada del parque, Ochako no pudo evitar sonreír al ver a Himiko. La combinación de colores y el estilo relajado de su amiga se veía perfecto para el día que tenían por delante.

—¡Hola, Himiko! —saludó Ochako con entusiasmo—. ¡Estás genial!

—Gracias, Ochako —respondió Himiko con una sonrisa, sintiéndose un poco más animada con el cumplido—. Tú también estás muy linda.

Ambas chicas se dirigieron hacia la entrada del parque, donde la emoción y el bullicio de la gente eran evidentes. Las luces brillantes y el sonido de la música alegre creaban una atmósfera vibrante. Ochako había sugerido el parque de diversiones no solo porque era un lugar divertido, sino porque había algo en la idea de pasar tiempo juntas que se sentía especial.

—Así que, Himiko —comenzó Ochako mientras entraban al parque—, ¿cuál es tu atracción favorita?

Himiko miró alrededor, observando las diferentes opciones. —Me gustan las montañas rusas, pero también disfruto mucho de las ruedas de la fortuna. Hay algo relajante en ver el mundo desde lo alto.

Ochako asintió con una sonrisa. —¡Genial! Empecemos con la rueda de la fortuna, entonces. Después podemos probar algunas de las montañas rusas.

Mientras se dirigían hacia la rueda de la fortuna, Ochako lanzó una ligera indirecta. —Sabes, Himiko, hoy me siento como si estuviéramos en una especie de... cita. Aunque no es realmente una cita, claro.

Himiko la miró con curiosidad, un poco sorprendida por el comentario. —¿De verdad? ¿Por qué lo dices?

—Solo es una broma —respondió Ochako con una risa ligera—. Pero a veces, salir y disfrutar de un día juntos puede sentirse un poco como una cita, ¿no crees?

Himiko rió, sintiéndose a gusto con la broma. —Sí, puede ser. Aunque no estoy acostumbrada a pensar en días como este de esa manera.

—No te preocupes —dijo Ochako con una sonrisa amistosa—. Solo quería divertirme y pasar un buen rato contigo. Así que, vamos a disfrutar de la rueda de la fortuna.

Una vez arriba en la rueda de la fortuna, el paisaje del parque se desplegó frente a ellas, ofreciendo una vista panorámica de las luces y las atracciones. Ochako y Himiko conversaron sobre sus sueños y aspiraciones mientras disfrutaban de la vista. Era un momento tranquilo que contrastaba con la emoción de las atracciones más intensas.

—Nunca me imaginé que estaría en la cima de una rueda de la fortuna hablando sobre sueños y metas —dijo Himiko, mirando el horizonte.

—A veces, los momentos más simples son los más significativos —respondió Ochako—. Me alegra que podamos compartir este tipo de momentos.

Después de la rueda de la fortuna, probaron varias otras atracciones, desde juegos de habilidad hasta montañas rusas emocionantes. Las risas y el disfrute llenaron el día, y aunque Himiko seguía reservada en algunos aspectos, se sentía cada vez más cómoda.

Al final del día, se sentaron en una cafetería del parque para tomar algo y relajarse. Ochako pidió un café con leche y un pastelito, mientras que Himiko optó por un chocolate caliente y un croissant.

—Este ha sido un día realmente divertido —dijo Ochako, tomando un sorbo de su café—. Gracias por venir conmigo, Himiko. Ha sido genial conocerte un poco mejor.

Himiko sonrió, sintiendo una calidez en su pecho. —Gracias a ti por invitarme. A veces, salir y hacer cosas divertidas me ayuda a desconectar de todo lo demás.

Ochako asintió, entendiendo que el día había sido importante para ambas. Aunque Himiko aún mantenía ciertas partes de su vida en reserva, el hecho de que estuvieran compartiendo momentos alegres era un paso significativo.

Cuando finalmente se despidieron, Ochako le dio a Himiko un abrazo amigable. —Nos vemos pronto, ¿de acuerdo?

—¡Claro! —respondió Himiko—. Estaré esperando con ansias nuestra próxima salida.

Con una sonrisa en el rostro y el corazón ligeramente más ligero, Himiko se dirigió a casa, reflexionando sobre el día. Aunque aún había muchos desafíos por delante, el tiempo con Ochako le había proporcionado un respiro y la sensación de que, poco a poco, podía empezar a abrirse a nuevas experiencias y amistades.

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Aveces me da flojera actualizar 💔

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Los quiero 💞

No es tu culpa querer tanto - Togachako - 💌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora