Naruto el Noveno Puño [Traducción]

Capitulo 11

"¡Esos malditos idiotas, no puedo creer que fueron y sacaron algo como esto!"

Esos eran los pensamientos que recorrían a Naruto, también conocido como Fenrir, mientras volaba por las carreteras hacia una vieja sección abandonada de la ciudad, sin mostrar ninguna consideración por la sutileza o mantener sus habilidades en secreto. La adrenalina bombeaba por todo su cuerpo como el motor de una locomotora, empujándolo a moverse más rápido de lo que uno esperaría que corriera una persona de su edad. Sin embargo, sus ojos azules tenían una mirada de ira y concentración mientras corría por el pavimento, sin apenas respirar.

Aunque el cuerpo de la rubia estaba actualmente en piloto automático, ya que su mente estaba profundamente concentrada en el mensaje telefónico que recibió hace unos momentos.

"Escucha Fenrir, no debería decirte esto, pero escuché que Loki de alguna manera logró quitarle las manos a la hermana pequeña de Kenichi Shirahama y la tiene como rehén en la iglesia abandonada del centro. También el Ermitaño está con él, pensé que deberías saberlo.

El mensaje le llegó como si lo sumergieran en una tina de agua helada que servía para ahogar la voz real y reconocer a la persona que se lo dijo. Aunque esa información era bastante inútil en este momento, ya que la rubia despegó furiosa hacia el lugar, decidida a detener el plan del Cuarto Puño.

La imagen misma de Loki solo sirvió para agregar combustible al infierno cada vez mayor que era la ira de Fenrir por su uso de una táctica tan vulgar, especialmente dado el extremo desprecio de Fenrir por tal idea. Es cierto que Loki le había dado a Fenrir un lugar y amigos en este nuevo mundo; sin embargo, El Noveno Puño simplemente no pudo encontrar una manera de excusar sus acciones y no iba a dudar en darle una lección al taimado individuo de la manera más difícil.

La idea de Loki trajo otra imagen a la mente, una que provocó una mirada de decepción en las rubias, que de otro modo serían como piedras. "Ermitaño... Natsu, no puedo creer que estés dispuesto a seguir un plan como este, especialmente después de lo que te dije la última vez. ¿Realmente estás dispuesto a llegar tan lejos solo para satisfacer tu propia ira y ego? ¡Maldita sea!"

Sus pies continuaron golpeando contra el cemento mientras el Noveno Puño se movía más rápido hacia la iglesia, sus ojos se reensamblaban lentamente con los de un verdadero lobo, un depredador feroz con una perspicacia para el blanco.

"¡Ermitaño, será mejor que entres en razón pronto, porque si no lo haces, tendré que meterte un poco de sentido común a ti y a ese bastardo Loki!"

Mientras pensaba en esas últimas palabras, un relámpago y un trueno resonaron en los cielos oscurecidos de la zona que resonaron en toda la tierra.

(Cambio de escena Ryozanpaku)

"Extraño, ¿siento algo en el aire?"

"¿Cuál es el problema anciano, siente algo?"

El anciano Furinji miró a Kensei, cuyo rostro permanecía en un semblante severo, completamente desprovisto de su habitual alegría. Aunque el alegre maestro se limitó a suspirar mientras sus ojos se dirigían hacia el cielo ahora atronador.

"Parece como si los cielos mismos estuvieran rugiendo con violentos gritos de batalla que pronto tendrán lugar. Tengo la sensación de que Kenichi se enfrentará a un desafío mucho mayor que cualquiera que haya enfrentado desde entonces". El anciano se agachó y tomó una taza de té antes de tomar un sorbo tranquilizador.

"Esperemos que cuando llegue el momento sepa el curso de acción que debe tomar".

(Iglesia de cambio de escena)

"Jeje, no pasará mucho tiempo antes de que aparezca ese idiota de Shirahama"

Loki habló para conocer a uno en particular mientras jugaba con otro rompecabezas de alambre, sentado en uno de los bancos de la iglesia. Ermitaño no estaba muy lejos, apoyado en uno de los viejos pilares de piedra podrida, con la capucha oscureciendo su rostro, aunque se notaba que no estaba de muy buen humor.