CAPÍTULO 9- Visitando un zoológico. Parte 2.
La segunda vida de Dreimo, antes de recuperar sus recuerdos de su primera vida, era una mierda total.
Día tras día sufría de constantes abusos por parte de extraños y de su propia madre.
Dreimo no era feliz en su casa, no amaba a su madre... No amaba la vida.
Pero hubo un tiempo en el que Dreimo era feliz, cuando consiguió amigos de su edad en el parque.
Él aprovechaba cuando su madre se drogaba y emborrachaba la noche anterior, pues eso significaba que ella se dormiría más de 15 horas, y se iba al parque a jugar.
Él jugaba con los nuevos amigos que había conseguido y regresaba a casa antes de que su madre se despertara. Él poco a poco comenzaba a disfrutar de la vida... Hasta que ese día llegó.
Uno de los amigos de su madre lo vio en el parque y se lo contó a ella. ¿Y qué hizo ella?
Ella... los mató.
Ella mató a 4 pequeños niños de tan solo 5 años de edad, solo para que Dreimo no se atreviera de nuevo a irse sin permiso.
Y lo peor no es que ella los haya matado, lo peor fue lo que hizo con sus cabezas.
Después de darle una brutal paliza a Dreimo, que incluía asquerosas torturas sexuales, ella dejó las cabezas de los niños frente a él y lo obligó a mirar mientras bañaba las cabezas con gasolina y les prendía fuego.
Ver todo eso le dolía a Dreimo, le dolía mucho, después de todo, él era un pequeño niño de tan solo 5 años, pero, a pesar de eso, él no lloró... O más bien, no se atrevía a llorar por miedo... Miedo a su madre.
Él simplemente levantó la mirada para ver a su madre.
—P-pero... eran mis... a-amigos.
—¡Ya te dije que no me importa! ¡Te dije que no perdieras tiempo en tonterías!
—P-pero solo e-estaba jugando...
Un pequeño Dreimo, de 5 años, recibió una tremenda cachetada de su madre y ella comenzó a patearlo en el suelo, sin piedad alguna.
Dreimo solo se quejaba en el suelo y no ponía resistencia. Después de todo, él sabía que era inútil tratar de pedirle piedad a su madre, pues si hacía eso, la paliza iba a ser peor.
—¡Deja de decir estupideces! ¡Los maté porque quise hacerlo!
Después de un par de golpes, dejó de golpearlo, pues si lo maltrataba más se iba a desmayar y lo necesitaba despierto.
—Un cliente vendrá pronto, no puedo seguir golpeándote.
Lo tomó del brazo y lo levantó.
Dreimo vio por una última vez las cabezas deformadas por el fuego y por fin sus lágrimas se atrevieron a salir de sus ojos.
A pesar de estar llorando, la expresión de Dreimo era fría... Una expresión que refleja que no le importa ya nada.
Una expresión sin esperanza alguna.
—Tú no puedes tener amigos.
—... Lo sé... Lo sé.
La segunda vida de Dreimo está llena de dolor y traumas. ¿Castigo divino por todo el dolor que causó en su primera vida? Por supuesto. Él sabe eso mejor que nadie, es por eso que no odia a su madre de su segunda vida ni a las personas que abusaron de él cuando era pequeño. ¿Por qué? Porque cree que se lo merecía.
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(Pov- Dreimo.)
... Ah... Ver a las madres con sus hijos me recordó a la puta de mi segunda madre. La loca mataba a mis amigos simplemente para que yo no tuviera ningún vínculo con alguien, evitando que yo recibiera ayuda, pues mi propia madre me estaba prostituyendo.
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Salvé a una esclava sexual y será mi nueva amiga
FantasyDespués de derrotar al Rey Demonio, lo único que quiero es vivir una vida tranquila. Una vida normal. Aunque es más difícil de lo que pensé. Mi sueño es tener una novia y tener amigos. Mientras consiga cumplir uno de esos sueños, moriré feliz. Un dí...