CAPÍTULO 26

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ALREADY GONE

Ni siquiera le di tiempo a Hugo para excusarse cuando me hice paso entre toda la gente y anduve lo más rápido que mis piernas me permitían.

Empezaba a notar cómo el alcohol hacía más efecto. La música retumbaba en mis oídos y me tambaleé un par de veces. A mi suerte, no llegué a caerme por completo gracias a la gente en la que me apoyaba.

- ¿Estás en serio? ¡No puedes huir continuamente de mí! – escuché el grito de Hugo detrás de mí.

Maldecí en mi interior con una ligera pero potente palabrota.

- Sí puedo. De hecho, lo estoy haciendo. – le respondí sin mirar atrás.

Una mano aterrizó en mi codo, frenando mi huida y obligándome a mirarle de cara. Sin embargo, ese acto no pareció contentarle a Zach, quien se interpuso entre Hugo y yo.

- Si ella no quiere hablar contigo te aguantas, ¿vale? Pero no vuelvas a...

Al tercer paso en el que Hugo retrocedió, soltó una risotada interrumpiendo a Zach y lo señaló con un gesto irónico.

- No me digas que este ricachón es tu novio. – se dirigió hacia mí en tono de burla. Sabía lo que hacía, siempre lo había hecho. Primero se tronchaba de las cosas buenas que pasaban en mi vida, transformándolas en minoritarias e insignificantes. Y luego, su tono de voz se relajaba para hacerme ver que supuestamente, él podría darme algo mejor.

- Eso no es de tu incumbencia. – escupí.

Tiré de la camisa de Zach, quien finalmente accedió y se colocó a mi lado.

- ¡Venga ya Emma! Esta no eres tú. ¿Has visto lo que lleva a un bar de cócteles en la playa? ¡Una puta camisa de marca y un reloj Montblanc? ¡Odias a este tipo de gente!

- Con lo que dices solo muestras que no me conoces.

Nuevamente, sentí que Zach pretendía abalanzarse sobre Hugo. Entrelacé mis dedos con los suyos para calmarlo, y expresarle a la vez que yo quería llevar las riendas de la situación. Zach no conocía la historia completa, pero si supo acerca de las insistentes llamadas de Hugo.

- ¿Sabes por qué estoy aquí, Emma? ¡Por ti! He cogido un maldito vuelo para verte porque no coges ni una sola llamada. Solo quiero hablar contigo. ¿Tan difícil es de conseguir?

- Bien, habla.

- No aquí. No con él en frente.

Ascendí el rostro. Zach se mordió el labio inferior, aunque asintió con la cabeza.

- Estaré aquí todo el rato. – musitó en voz baja.

Así que Hugo y yo nos dirigimos a la playa donde la música solo se oía de fondo y las olas del mar era lo único agradable de ver.

- Emma, por favor, entra en razón. He intentado por todos los medios que vuelvas. Este no es tu lugar, ¿vale? Esta gente a la que consideras amigos... o novios, son pasajeros. Te irás y ellos te olvidarán. Pero nosotros no, a pesar de todo, estamos dispuestos a arreglar las cosas contigo. Zara quiere, y Siena con unas disculpas volverá a recibirte con los brazos abiertos.

- ¿Disculpas? ¿Unas disculpas? ¿¡Qué cojones te pasa Hugo!? ¿Acaso no recuerdas por qué estoy aquí? Me tratasteis como una mierda durante años e intenté encubrirlo con miles de excusas porque no quería ver la realidad. Y cuando decido dar el paso, ser feliz y buscar un nuevo rumbo, me queréis acribillar de nuevo en esa burbuja.

- ¡No es una puta burbuja! ¡Somos tus amigos! – su tono de voz se escuchó por encima de cualquier canción.

La gente que más próxima había a nosotros nos echaron un vistazo, asustados. A este nivel, los encargados del bar nos llamarían la atención por el escándalo.

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