Oneshots de Batman, Batifamily, Batboys y muchos mas que he recopilado a lo largo de los años.
ɴᴏ ꜱᴏʏ ʟᴀ ᴀᴜᴛᴏʀᴀ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟ ᴅᴇ ᴇꜱᴛᴏꜱ ᴏɴᴇꜱʜᴏᴛꜱ, ᴘᴇʀᴏ ꜱᴏʏ ʟᴀ ᴛʀᴀᴅᴜᴄᴛᴏʀᴀ ᴀʟ ᴇꜱᴘᴀÑᴏʟ.
ɴɪɴɢᴜɴᴀ ᴅᴇ ᴇꜱᴛᴀꜱ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀꜱ ᴍᴇ ᴘᴇʀᴛᴇɴᴇᴄᴇ ᴛᴏᴅᴀꜱ ꜱᴏɴ ꜱᴀᴄᴀᴅᴀꜱ ᴅᴇ ᴀᴏ3 ʏ ꜰᴀɴꜰɪᴄ...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ᴛɪᴛᴜʟᴏ: Switcheroo
ᴀᴜᴛᴏʀ:PrinceJakeFireCake
ʀᴇʟᴀᴄɪÓɴ: Familiar
ᴄᴇɴᴛʀᴀᴅᴏ:Tim Drake y Dick Grayson y Jason Todd y Bruce Wayne
ᴅɪɴᴀᴍɪᴄᴀ: Travesuras de la batifamilia y viajes dimensional
ɪɴꜰᴏʀᴍᴀᴄɪᴏɴ: Tim Drake, Red Robin, y Tim Drake, Robin, intercambian sus lugares. "Se produce el caos" es un eufemismo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tim se despertó con la cabeza palpitante y las costillas doloridas. Sentía un fuerte pinchazo en el muslo que indicaba que le habían cortado con un cuchillo. Solo podía sentir su dominó, no llevaba la capucha de Red Robin, pero podía sentir la capa en la espalda y un cinturón alrededor de la cintura. Estaba vestido para luchar contra el crimen, pero no como Red Robin. ¿Cómo era...?
Tim se sentó abruptamente.
Cassie, Kon y Bart saltaron del lugar donde lo rodeaban. Red Tornado se estremeció un poco, como si estuviera tentado de hacer lo mismo. Parecía que habían estado tratando de protegerlo de la vista, o simplemente preocupados por él en general. Había un campo humeante detrás de ellos, con trozos de metal esparcidos por todos lados y lo que definitivamente era una cabeza de robot gigante y decapitada que chisporroteaba en los cables expuestos.
Tim ignoró todo esto. Observó su atuendo: pantalones rojos y verdes. Una ligera brisa le advirtió que había un hueco entre sus guantes y sus mangas cortas. Podía ver un matiz amarillo debajo de él, proveniente de su capa.
Él gruñó. Todos lo miraron con mucha preocupación.
Siguió ignorándolos. ¡Sus manos eran más pequeñas! ¡Él era más pequeño! ¡Su cabello era mucho más corto! Se incorporó sobre sus pies y notó que definitivamente era más bajo. Se pellizcó la parte interna del codo y sintió una punzada de dolor. Esto no era un sueño.
—¡Mierda! —exclamó, pateando un trozo de chatarra que había a su lado—. ¡¿Qué carajo dije?! ¡Dije que no tocara el metal brillante! ¡¿Qué hizo?! ¡Me arrojó el maldito metal brillante! ¡Hijo de puta!
