Oneshots de Batman, Batifamily, Batboys y muchos mas que he recopilado a lo largo de los años.
ɴᴏ ꜱᴏʏ ʟᴀ ᴀᴜᴛᴏʀᴀ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟ ᴅᴇ ᴇꜱᴛᴏꜱ ᴏɴᴇꜱʜᴏᴛꜱ, ᴘᴇʀᴏ ꜱᴏʏ ʟᴀ ᴛʀᴀᴅᴜᴄᴛᴏʀᴀ ᴀʟ ᴇꜱᴘᴀÑᴏʟ.
ɴɪɴɢᴜɴᴀ ᴅᴇ ᴇꜱᴛᴀꜱ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀꜱ ᴍᴇ ᴘᴇʀᴛᴇɴᴇᴄᴇ ᴛᴏᴅᴀꜱ ꜱᴏɴ ꜱᴀᴄᴀᴅᴀꜱ ᴅᴇ ᴀᴏ3 ʏ ꜰᴀɴꜰɪᴄ...
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ᴛɪᴛᴜʟᴏ: In My Arms
ᴀᴜᴛᴏʀ: lurkinglurkerwholurks
ᴘÁɢɪɴᴀ: ao3
ʀᴇʟᴀᴄɪÓɴ: Padre e hijo
ᴄᴇɴᴛʀᴀᴅᴏ: Tim Drake y Bruce Wayne
ᴅɪɴᴀᴍɪᴄᴀ: Viajes en el tiempo
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Bruce absolutamente no debería haber estado en esta fiesta.
Técnicamente, era una recaudación de fondos. Técnicamente, estaba invitado. No técnicamente, estaba rompiendo todas las reglas que había creado con solo poner un pie en el edificio.
Encuentra al viajero del tiempo. Corrige la línea de tiempo. Vete a casa. Tal vez no sea un conjunto fácil de tareas pendientes, pero no obstante, un conjunto simple . Un conjunto completo . En ninguna parte figuraba una opción para unirse a una reunión de la élite de Gotham.
Técnicamente, había vuelto a esto otra vez, Bruce razonó que no estaba en la fiesta sino a varios pasillos de distancia. Estaba ingresando las coordenadas de su casa en su reloj de pulsera, preparándose para el salto hacia atrás, cuando el llanto se filtró desde el pasillo.
No había nada que el pudiera hacer. Nada que pudiera cambiar. Esas eran las reglas del pasado. Además, los bebés lloraban todo el tiempo, incluso si se trataba menos de un llanto y más de un gemido enojado de un pequeño empujado más allá de sus límites.
Pero aún, Debería haber estado en camino.
Probablemente lo habría sido, si este hubiera sido un hogar diferente.
Bruce avanzó por el pasillo empapelado, metiéndose la camisa y secándose el sudor de la frente a medida que avanzaba. Su apariencia probablemente no importaría, porque no pretendía ser visto, pero era mejor estar preparado. Definitivamente no debería ser visto. Iba contra el protocolo. Su propio protocolo que había escrito para la Liga, para su propia familia—
Una niña de no más de dieciséis años estaba de pie en el centro de la guardería. Caminó de un lado a otro, rebotando ligeramente sobre los dedos de los pies a medida que avanzaba. La niña en sus brazos no se aplacó, e incluso desde su posición en el marco de la puerta, Bruce podía leer la creciente tensión en el rostro de la niña.
