La mañana sin Jinx era como si el departamento se hubiera quedado sin vida. Todo era un silencio vacío y fantasmal. Matilda se quedó viendo desde la ventana de su cuarto aquel jardín sin chiste que ahora ya tenía un habitante debajo de esas tierras y arbustos secos.
—Algo bueno saldrá de su muerte, –dijo al cielo con aire de resignación. Se había cansado de llorar por su pequeña mascota.
Su teléfono vibró en la barra de la cocina. Se acercó y miró el mensaje de su novio.
Pasaré por ti a las 3:15, ponte guapa bb
Frunció el ceño como diciendo ¿Este qué se creé?
No tenía muchas ganas de ir a esa comida con los 'camaradas' de Bart que eran cuatro o cinco años mayores que ella, la mayoría ya personas con trabajo estable y con dinero en abundancia. Muchos eran engreídos y petulantes, como el mejor amigo de Bart, el dueño de la casa a donde iban, Jose. Tenían novias hermosas y también engreídas por el dinero que tenían sus novios y por las herencias de sus padres. Y hablando de padres, tenía que hablarle al suyo para pedirle para la renta del mes.
—¿Cómo que ya no tienes trabajo? —le preguntó enfurecido por el altavoz, Matilda se encogió de hombros y se puso nerviosa.
—Me corrieron sin previo aviso, pá.
—Algo has de haber hecho mal para que Duko te corriera, hija.
—No lo sé, pero ya no me gustaba ese trabajo, creo que es una oportunidad para empezar con algo que me guste, una oportunidad para emprender.
Se escuchó un fuerte resoplido por el altavoz.
—Millennials... En esta ocasión, te daré para la renta, pero aunque no sea lo que te guste, ahora vives sola y te encargas de ti. No siempre estará papito para darte dinero. También deberías de tener ahorros para estas ocasiones, Mati. —Si supiera cuanta ropa compré, me mandaría al diablo.—Deja de gastar en ropa que ni necesitas....—Cambió de tema cuando Mati sintió el regaño en lo más profundo de su ser—. También está ese trabajo que te ofreció Bartolomeu, piensa en que podrías trabajar con él.
Bart tenía una empresa de transportes, se dedicaba a los fletes en todo el estado y empezaba a ampliarse a nivel nacional. Ya le había ofrecido a Matilda el puesto de gerente de la empresa, pero el pensar que trabajaría para él le resultaba repulsivo. Sin embargo, el atún es salmón en tiempos de necesidad.
—Lo veré hoy y platicaremos. Te quiero, pá.
Se arregló con la ropa nueva que había comprado y decidió ponerse 'guapa' como Bart le había pedido, no por él sino por ella. Ya eran las 3:15 y Bart sonaba el claxon del BMW serie 4. Se aproximó a la salida y vio la bolsa de comida para gato y soltó una pequeña lágrima junto con un suspiro prolongado. Salió con el plato servido y lo dejó en el jardín.
Bart la saludó desde adentro del coche y le abrió la puerta.
—¡Te ves hermosa...! Pero, ¿no pudiste haberte puesto plataformas o tacones? —le dijo él al ver que ella se había puesto un vestido azul marino holgado de Ralph Lauren y sus tenis Premiata blancos. Se veía bien a su estilo y olía muy bien a su Sí de Armani. Su pelo caía por los hombros en un brillante color rubio y su maquillaje resaltaba sus ojos azules.
—Si no te gustan mis Premiata, no voy. Es neta.
—Vamos, se nos hace tarde. Iré a comprar un Don Julio 70 que me encargó Nico.
Matilda odiaba ese tequila.
–Ese pinche tequila, –murmuró.
–¿Dijiste algo?
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TÉ a las 8
Teen Fiction¿Te has preguntado cuál es tu propósito en la vida? ¿Por qué nos pasan cosas malas y buenas? ¿Por qué conocemos gente al azar todos los días? ¿Crees que todo nos pasa por una razón o es mera coincidencia? Matilda Aragón, 25, vive en una ciudad donde...