7. Amor platónico

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La mayor parte de su vida se había arruinado en estos últimos siete días desde que fue a Casa Magno a beber té. El trabajo rutinario y aburrido, su novio infiel y hostigador, Jinx, su gato enfermo, sus ahorros de hace años, y faltarían sus amigos pero no los he mencionado todavía, esos siguen bien. Pudo cubrir la renta de este mes con el dinero de su padre y fácilmente podría cubrir gastos diarios con lo poco que le quedaba en sus ahorros, pero ya estaba en la cuerda floja, tenía que encontrar un nuevo trabajo o volvería a la casa de sus padres donde al salir de ahí juró que no volvería por orgullo y por crecimiento personal. Lo único que le quedaba y lo que hizo que se levantara con una leve sonrisa en su rostro, era Him e imaginarlo que algun día pasearían por carretera en ese Ghibli rojo y él con su sonrisa manejándolo.

A las 8 de la noche en punto ya estaba ahí, el Maserati estaba estacionado, impecable como siempre y ella entró con su Macbook vestida con una playera Bally blanca, jeans azules, unos mocasines negros Bally Darcie y ordenó la especialidad del día: Zubrówka, té negro de manzana caramelizada y ginger-ale.

Es Té a las 8 o son las Té en punto... como quieran llamarlo.

Mujeres en estos tiempos tienen que tener el coraje de ser más independientes y de luchar por lo que quieren.

A lo que me refiero, ¿de verdad quieren que un hombre las escoja y ser el dueño de sus vidas? o ¿quieren escoger ustedes al hombre con el que quieren pasar el resto de su vida?

Chicas, si les gusta un chavo, vayan y hablen con él, liguénselo y si quieren llevárselo a su casa, háganlo. No esperen a que el que les gustó vaya a hablarles porque puede que no lo haga. Vosotras hagan el primer movimiento. Escojan vosotras, no ellos.

P.D: El té con vodka está buenísimo.

Estaba sentada en la terraza de Casa Magno esperando a que Him llegara. Miró por todos lados y sólo vio a un joven bien vestido; trabajaba en su laptop haciendo varios planos y de vez en cuando miraba la página de Pinterest. Le agradó la forma de vestir y el look de ese joven delgado que tenía cabello largo castaño recogido en un chongo, su barba era tupida y usaba lentes de montura de asta. Pensó que si ella fuera hombre, tal vez y se vería así.

Him llegó lentamente a la mesa de Matilda y se sentó, portaba un traje de tres piezas en gris oscuro y zapatos de piel brillante. Luciendo estupendo y sonriente. Esta vez ordenó la botella completa de champaña Veuve Clicquot La Grande Dame.

—Me da gusto volverte a ver por aquí, Srta. Aragon. Perdona mi retraso, creo que me pasé por un minuto o dos.

Matilda miró el reloj de su laptop y eran las 8:02, tarde pero por nada. Quiero a este hombre ya, está cuero.

—No pasa nada, Him. ¿Esta vez será la botella completa? ¿Celebramos algo? ¿Podré porbarla al fin?

Him asintió y le guiñó el ojo.

—Sí, con gusto, festejaremos el placer de vivir. –Levantó una copa vacía y ella su vaso de té y vodka. El mesero sirvió ambas copas de champaña y Matilda no dudó ni un segundo en probarla, su boca le agradeció ese pequeño orgasmo–. Creo que tienes algo importante que decirme, ¿no es así? —le preguntó.

Matilda se puso nerviosa y se sonrojó, creía que el día anterior Him la había escuchado decir: 'Serás mío mañana', y ella sí lo deseaba. Por su cabeza pasaban miles de cosas por las que él le había hecho creer que le gustaba. Esas indirectas que se decían, los consejos relacionados con su novio, los elogios de su vestimenta, las veces en que su mano rozó la suya sin querer, la forma en que la veía con esos ojos azules. Se incomodó un poco y se tocó la espalda por un dolor repentino.

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⏰ Última actualización: Aug 02 ⏰

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