Capitulo 11: Camino a casa

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—¿Estás Segura que no quieres subir? — preguntó Amity desde su vehículo —¿Dónde está tu amiga y tú novio?

—No es de tu incumbencia y no, no quiero subir a tu carcacha— le respondió Luz sin dejar de avanzar.

Luz recordó el porque estaba caminando sola a las nueve de la noche rumbo a su departamento enumerando sus problemas.

En primer lugar, Hunter, su amable y guapo novio que siempre la llevaba, se encontraba en casa enfermo.

En segundo lugar, willow, su amiga, compañera del alma y traidora recientemente se había ido a un bar con un chico guapo al que había conocido apenas una horas antes.

Y tres, ha ja olvidado su bolso en el trabajo y su jefe ya había cerrado para cuando regreso por ella.

Luz caminó rápido sabiendo que tardaría alrededor de dos horas para poder llegar a casa

—Hey, mínimo toma esto— Amity le aventó una bolsa, aún iba en su coche a mínima velocidad para ir al ritmo de Luz, la omega la atrapó rápido entre sus manos para ver si contenido aún con algo de desconfianza

No, no era comida como esperaba, pero aún así no pudo evitar preguntarse cómo es que Amity se había acordado de su ciclo de celo, los supresores estaban ahí y eran de buena calidad. Tenía para varios meses. Sin embargo lo que le sorprendió era que ni siquiera ella lo había notado.

—¿Huelo demasiado?— preguntó cohibida tratando de olerse asi misma.

—Algo así, no mucho, yo recordaría tu olor aún lejos de ti por varios metros— le dijo con palabras bastantes seguras —pero no tienes que preocuparte iré detrás de ti hasta que llegues a casa.

—No es necesario, con los supresores es suficiente— Luz le dijo creyendo que Amity podría ser más peligrosa que cualquier otro alfa.

—Aun así el cielo está muy bonito y quiero observarlo.

Luz rodó los ojos —no puedes verlo dentro de tu coche así que inventa otro pretexto.

—Luz, ¿recuerdas aquella vez que fuimos a la playa?

—Umm, no— le dijo mientras seguía caminando. Mintiendo de forma obvia.

—Hicimos una fogata con Boscha— empezó a contar la alfa —el cielo se  miraba como esté, negro azulado con pocas estrellas, comimos bombones y devoramos un montón de comida chatarra.

—Boscha Miller cazó un pescado— Luz siguió —e intentamos cocinarlo— sonrió.

—Fue un desastre no es asi— Amity también sonrió recordando los buenos tiempos —¿recuerdas a Viney?

—No la he visto desde hace mucho— respondió —en realidad perdí mi relación con la mayoría después de que te fuiste.

—Yo tampoco he visto a Viney, pero me envió una postal cuando estaba en Alemania.

Luz se detuvo empezando a hartarse de si misma, porque no podía dejarse llevar por Amity de nuevo, porque la alfa ya le había hecho mucho daño y no quería volver a sufrir por ella —¿Por qué regresaste Amity? — preguntó —¿Qué haces aquí?, no ibas a casarte.

—No funcionó— le dijo como si fuera lo obvio —yo no amaba a esa mujer, lo sabes Luz, lo nuestro fue lo más especial en mi vida, jamás deje de pensarte, soñarte e imaginar que estabas a mi lado, recargando tu cabeza en mi hombro como lo hacías antes, besándome o acariciando mi cabello, cosas pequeñas y triviales que a mí me hacían muy feliz por lo que... le dije a mi madre que se metiera un palo por el culo y huí, ahora vivo con Boscha.

Luz no dijo nada y siguió su camino, no debió escuchar eso porque su corazón se había emocionado por una Amity Bligth que no valía la pena ni su tiempo, jamás iba a olvidar que por su culpa su padre le había obligado a hacer algo que jamás podría perdonarse

—Qué yo recuerde tu casa estaba del otro lado, ¿se miraron? — preguntó esta vez Amity, no queriendo perder la conversación.

—Huí de casa, literalmente hablando— le respondió la omega sin querer hablar más del tema.

—Entonces ya somos dos, Luz te cansarás sube de una vez al coche.

—Me gusta caminar— le dijo —me relaja y es bueno para hacer ejercicio, pero gracias por acompañarme.






No volveré a enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora