𝟎𝟖: 𝐅𝐫𝐨𝐳𝐞𝐧 𝐣𝐮𝐝𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭

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Tener enfrente a una persona que creíste nunca volver a ver no es simple, o al menos así lo ve la pelinegra mientras observa al más alto caminar hacia ella, con aquel porte relajado y a la vez torpe que siempre ha tenido, tan juguetón, pero a su vez tan serio, porque ella lo conocía, ponía a prueba su paciencia, pero era el primero en ser paciente cuando se trataba de ella, y aún no eso un lado de ella estaba meramente confundido, porque era él, pero a la vez no era él, ambos eran distintos, cinco meses más renovados, más cambiados, más solos.

— ¿Y tú quién eres? — preguntó de manera juguetona al estar frente a ella —

— Ugh, ya no seas idiota — comenzó a reír — No sabía que ustedes estarían aquí, es lindo ver que no se limitaron al equipo nacional.

— Somos los mejores, obviamente nos trajeron.

— Claro, se sabe que eres el mejor libero.

— No lo soy — contradijo — Intento ser un buen jugador y mejorar, eso es todo.

Había una leve familiaridad en el tono y palabras del más alto, casi como si hubiese cambiado algunas cosas en su actitud, pero no en todo. Estaba por hablar cuando escucharon un ladrido detrás de ellos haciendo que ambos se voltearan hacia la pequeña cachorra que pedía atención como si fuese campanita.

— Vamos a la tienda de conveniencia — mencionó mientras levantaba a la perrita — Sirve que le compro algo a mi princesa.

— Si quieres te acompaño, pero no puedo gastar, la academia no está pagándonos muy bien que digamos.

— Perfecto — sonrió — Así no vas a poder decirme que no cuando te compre algo.

Y ahí estaba esa conocida actitud por parte del menor, verdaderamente le calaba, pues, nunca ha sido una chica que disfrute de que le compren cosas por más mínimas que sean, sin embargo, parecía que él expresaba su cariño de esa manera, y tendría que volver a acostumbrarse.

Y tendría que buscar una manera de mantener esto en secreto.

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Había algo divertido sobre la manera en la que Sunghoon actuaba en privado, si Jake pudiese describirlo sería como una canción energética, pero con bastante sentimiento, casi como si cualquier conocido o amigo del oji verde se sintiera miserable sin él, y es que en verdad el australiano no podía evitar mantener su mirada sobre el mientras patinaba junto a algunos de los niños en el pequeño programa que estaba ofreciendo The Hillman Avalanche. Llevaba poco más de media hora sentado con su libreta entre sus manos observando al chico, simplemente fascinándose con sus movimientos y aquella sonrisa de colmillos que portaba, porque verdaderamente parecía feliz enseñándole a los demás lo que sabía hacer, no como su propio equipo y orquesta que dieron una lección floja (a propósito) y por la cual se marchó con Sunghoon.

Y estaba feliz de haberlo hecho, porque él no era lo que los reporteros decían que era.

— Lo que era — murmuró antes de comenzar a escribir en su libreta — ¿Quién en la tierra puede definirme a mí mismo? Un falso paradigma que me encerró, voy más allá del límite que alguien dibujó.

— Veo que escribiste algo — dijo una voz femenina — Debes ser Jake, el escritor de Hoon.

— Ah si, mucho gusto, tú eres el ángel del hielo, ¿no es así?

— Ese es mi título si — soltó una risa — Me llamo Chaewon, soy la mejor amiga de Sunghoon y sería su competencia si fuese hombre.

La castaña sonrió entornando su mirada hacia la libreta y comenzando a leer el pequeño párrafo que había escrito el menor, por un segundo pudo ver un pequeño destello en los ojos de la chica, casi como si fuese a llorar.

Frozen MusicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora