Capítulo 14: Cuidados y Cariño

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El lunes siguiente, ______ llegó a la oficina sintiéndose un poco más cansado de lo habitual. A medida que avanzaba la jornada laboral, comenzó a notar un dolor de cabeza leve pero persistente. Intentó ignorarlo y concentrarse en su trabajo, pero el dolor se intensificaba con cada hora que pasaba.

A media mañana, mientras revisaba unos documentos con Choso, ______ sintió un latido punzante en su sien. Cerró los ojos por un momento, intentando aliviar la molestia.

"______, ¿estás bien?", preguntó Choso, notando la expresión de incomodidad en el rostro de ______.

"Sí, solo es un dolor de cabeza. Probablemente solo necesito un poco de agua y descansar un poco", respondió ______, intentando sonreír.

Choso frunció el ceño con preocupación. "¿Quieres que te traiga algo? ¿Quizás un analgésico?"

"No, está bien. Gracias, Choso. Creo que puedo manejarlo", dijo ______, aunque en el fondo apreciaba la preocupación de Choso.

La jornada continuó, pero el dolor de cabeza de ______ no cedía. Al contrario, se hacía más intenso y comenzaba a afectar su capacidad para concentrarse. En el almuerzo, apenas pudo comer algo y se limitó a beber mucha agua, esperando que eso ayudara.

Yuki, que siempre estaba atenta a sus amigos, notó el estado de ______. "¿Estás seguro de que estás bien, ______? Pareces un poco pálido."

"Sí, solo un dolor de cabeza. Estoy seguro de que pasará pronto", respondió ______, intentando sonar convincente.

Choso, que había estado observando en silencio, decidió que era momento de intervenir. "Creo que deberías irte a casa y descansar. No tiene sentido forzarte a trabajar cuando claramente no te sientes bien."

______ intentó protestar, pero el dolor de cabeza le restaba energía. "Tal vez tengas razón. Creo que iré a casa un poco antes hoy."

Choso asintió, decidido. "Voy a llevarte. No quiero que vayas solo."

______ se sintió agradecido por la insistencia de Choso. "Gracias, Choso. Realmente lo aprecio."

Llegaron al apartamento de ______ a media tarde. Choso ayudó a ______ a quitarse el abrigo y lo guió hacia el sofá. "Siéntate aquí. Voy a buscarte algo para el dolor de cabeza y prepararte un té."

______ se acomodó en el sofá, sintiendo que el alivio estaba cerca. Mientras Choso se movía por el apartamento, ______ no pudo evitar notar lo atento y cuidadoso que era. Su corazón se derritió ante tanta preocupación.

Choso regresó con un vaso de agua y una pastilla. "Tómate esto. Te ayudará con el dolor de cabeza."

______ obedeció, tomando la pastilla y bebiendo el agua. "Gracias, Choso. No sé qué haría sin ti."

"Eso es lo que hacen los amigos. Ahora, solo relájate. Te prepararé un té de manzanilla. Eso siempre ayuda a relajarse", dijo Choso, dirigiéndose a la cocina.

Mientras esperaba, ______ se recostó en el sofá, sintiendo cómo el dolor comenzaba a disminuir ligeramente. Pronto, Choso regresó con una taza de té humeante.

"Gracias, Choso", dijo ______, aceptando la taza con una sonrisa.

"De nada. Ahora, quiero que descanses. Si necesitas algo, solo dímelo", respondió Choso, sentándose junto a ______.

______ sintió una oleada de afecto hacia Choso. No solo por su ayuda, sino por la calidez y el cuidado que demostraba. Decidió que quería devolverle un poco de ese cariño.

"Choso, ven aquí", dijo ______, dando una palmadita en su regazo.

Choso lo miró con sorpresa y curiosidad. "¿Qué estás haciendo, ______?"

"Solo quiero agradecerte por cuidarme. Ven, acuéstate aquí", insistió ______.

Choso, aunque un poco tímido, obedeció y se acostó en el regazo de ______. ______ comenzó a acariciar suavemente el cabello de Choso, pasando sus dedos por sus mechones oscuros con ternura.

"¿Esto está bien?", preguntó ______, queriendo asegurarse de que Choso se sintiera cómodo.

"Sí, es perfecto", respondió Choso con una sonrisa, cerrando los ojos y disfrutando de las caricias.

______ continuó acariciando el cabello de Choso, sintiendo una profunda conexión y gratitud. "Realmente aprecio todo lo que haces por mí, Choso. No sé cómo agradecerte."

"No tienes que agradecerme. Lo hago porque me importas, ______. Quiero que estés bien", murmuró Choso, su voz suave y sincera.

______ sintió que su corazón se llenaba de amor. "Eres increíble, Choso. Me siento muy afortunado de tenerte en mi vida."

Choso abrió los ojos y lo miró con ternura. "Y yo me siento igual, ______."

Se quedaron así, en silencio, disfrutando de la compañía del otro. El dolor de cabeza de ______ se desvanecía poco a poco, reemplazado por una sensación de paz y felicidad.

El tiempo pasó, y la tarde se convirtió en noche. Choso permaneció en el regazo de ______, sintiéndose más amado y cuidado que nunca. ______ continuó acariciándolo, sabiendo que estos momentos de tranquilidad y conexión eran invaluables.

"Choso, prometo siempre estar aquí para ti, así como tú has estado para mí", dijo ______ en voz baja.

"Y yo prometo lo mismo, ______. Siempre estaré a tu lado", respondió Choso, sintiendo una calidez en su corazón.

A la mañana siguiente, ______ se despertó sintiéndose completamente recuperado. El dolor de cabeza había desaparecido, y en su lugar, había una sensación de bienestar y gratitud. Choso, que se había quedado a dormir en el sofá, despertó poco después, sonriendo al ver que ______ estaba mejor.

"Buenos días, ______. ¿Cómo te sientes hoy?", preguntó Choso.

"Mucho mejor, gracias a ti. De verdad, Choso, no sé qué haría sin ti", respondió ______ con una sonrisa.

"Me alegra saber que estás mejor. Ahora, ¿qué te parece si preparo el desayuno?", sugirió Choso, levantándose y dirigiéndose a la cocina.

______ lo siguió, sintiéndose lleno de energía y gratitud. "Suena perfecto. Te ayudaré."

Juntos, prepararon un desayuno sencillo pero delicioso. Mientras comían, hablaron de sus planes para el día y de lo mucho que apreciaban tenerse el uno al otro.

Between Us ➸➸Choso KamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora