La invitacion a Auradon

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El País de las Maravillas estaba en pleno apogeo. Los jardines rebosaban de colores vibrantes, y el aire estaba impregnado con el aroma de flores exóticas. En medio de este caos controlado, dos hermanas se preparaban para un día que cambiaría sus vidas para siempre.

Red, la hija mayor de la Reina de Corazones, miraba su reflejo en el espejo. Su cabello rojo intenso caía en ondas sobre sus hombros, y sus ojos brillaban con determinación. Siempre había sido la más rebelde de las dos, desafiando las estrictas reglas de su madre a cada paso. Scarlet, su hermana menor, se sentaba en el borde de la cama, observándola en silencio. A diferencia de Red, Scarlet tenía un aire más reservado. Su cabello era de un tono rubio rojizo más suave, y sus ojos reflejaban una mezcla de miedo y expectativa. La presión de las expectativas de su madre pesaba sobre ella como una losa.

La puerta se abrió de golpe, y la imponente figura de la Reina de Corazones, Bridget, entró en la habitación. "¡Es hora!", declaró con su voz autoritaria. "Nos dirigimos a Auradon. No quiero ningún comportamiento inadecuado. Este es un momento crucial para nuestra familia."

El viaje a Auradon fue rápido, gracias a la magia que poseía Bridget. Al llegar, fueron recibidas con una grandiosa bienvenida. Uma, la nueva directora de la Preparatoria de Auradon, las esperaba con una sonrisa cordial.

—Bienvenidas a Auradon —dijo Uma, extendiendo una mano hacia Bridget—. Espero que disfruten de su estancia.

Red, con una mirada desafiante, se mantuvo cerca de su madre, mientras Scarlet observaba con cautela a su alrededor, sintiendo la presión de comportarse perfectamente. Las princesas del País de las Maravillas se presentaron ante los estudiantes de Auradon en el gran salón. El ambiente estaba cargado de emoción y curiosidad. Bridget, la Reina de Corazones, se encontraba al frente, observando cada detalle con ojos críticos.

Cenicienta y su hija Chloe también estaban presentes, mostrando su apoyo a la nueva iniciativa de integración de Uma.

—Es un honor estar aquí —comenzó Bridget, su voz resonando con autoridad—. Este es un nuevo comienzo para todos nosotros, y estoy emocionada por lo que el futuro nos depara.

Mientras Bridget hablaba, Scarlet se adelantó tímidamente y comenzó a presentarse a los presentes.

—Hola, soy Scarlet —dijo con una sonrisa amable, acercándose a Chloe y Cenicienta—. Es un placer conocerlas.

Cenicienta se sorprendió por la amabilidad de Scarlet.

—El placer es nuestro, Scarlet —respondió, tomando la mano de la joven—. No esperaba tanta cortesía.

Scarlet sonrió tímidamente, aliviada por la cálida recepción. Chloe, la hija de Cenicienta, también se mostró amigable.

—Es genial conocerte, Scarlet. Espero que podamos ser amigas.

De repente, la atmósfera festiva se tornó tensa. Bridget levantó la mano y, con un gesto, sus guardias aparecieron, rodeando el salón.

—Auradon ahora está bajo mi control —declaró Bridget con una sonrisa fría.

Los estudiantes y maestros se quedaron boquiabiertos. Cenicienta se levantó rápidamente.

—¡Bridget, esto no es lo que habíamos acordado!

Bridget se volvió hacia Cenicienta con desdén.

—Ya no soy tu amiga, Cenicienta. Ahora, soy la Reina de Corazones.

Red, desafiando las expectativas de su madre, observaba con una mezcla de fascinación y desaprobación, mientras Scarlet, siguiendo las reglas, se mantenía firme a su lado, sintiendo el peso de la lealtad familiar. Chloe, la hija de Cenicienta, se levantó de su asiento en protesta.

—¡Esto es una tiranía!

Bridget se acercó a Cenicienta y le ordenó:

—Arrodíllate ante mí.

Cenicienta, con la cabeza en alto y una mirada de desafío, respondió:

—No me arrodillaré ante la tiranía.

Bridget se volvió hacia Red con una sonrisa cruel.

—¿Y qué hacemos con aquellos que no se arrodillan, Red?

Red, sintiendo la presión de su madre y la expectativa de la multitud, inicialmente vaciló. Miró a su alrededor, viendo las miradas expectantes y la autoridad implacable en los ojos de su madre. Finalmente, con voz temblorosa pero decidida, respondió:

—¡Que le corten la cabeza!

La audiencia se quedó sin aliento ante la brutal orden. Chloe se levantó y gritó:

—¡Esto no puede continuar!

Cenicienta se adelantó, intentando razonar con Bridget.

—Bridget, ¿recuerdas cuando éramos amigas? Todo esto comenzó por una broma que salió mal. No tienes que seguir por este camino.

Bridget la miró con una mezcla de ira y dolor.

—Eso fue hace mucho tiempo, Cenicienta. Las heridas del pasado no se curan tan fácilmente.

Los guardias se abalanzaron sobre Cenicienta y comenzaron a arrastrarla fuera del salón. En medio del caos, Red miró desesperadamente a su alrededor, buscando una salida. Con el corazón acelerado, corrió fuera del palco, activando una máquina del tiempo en forma de reloj que había estado escondida entre sus pertenencias.

Sin embargo, en su prisa, no se dio cuenta de que Scarlet y Chloe la seguían de cerca. Al activar la máquina, un vórtice de luz las envolvió a las tres, arrastrándolas en una espiral de tiempo y espacio.

El salón continuó con el tumulto, pero nadie notó la desaparición de las chicas. Las luces del vórtice se apagaron tan rápidamente como habían aparecido, dejando a todos en la oscuridad respecto a lo que acababa de ocurrir.

Las lagrimas de un villano | James HookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora