Capítulo 4 - Joshua

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Las seis de la mañana marcadas en el reloj, el sonido de pasos por el pasillo con las voces animadas, Jeonghan abriendo puertas para ayudar a los dormilones, un gallo en la lejanía cacareando para dar el aviso de que es hora de movilizarse... Nunca había pensado que echaría de menos aquella rutina. Sin embargo, allí estaba, con ganas de llorar por los recuerdos. Respiré hondo sintiendo como se esfumaba un poco de la ansiedad que me consumía desde hace días. Estaba en casa y con el añadido de que mi hermano estaba allí, a salvo. Me vestí con ropa cómoda ideal para cualquier trabajo que pudiese tocarme.

—Buenos días —Me saludó el hombre que me había recogido el día anterior—. ¿Mejor despertar hoy?

—Sin lugar a duda —Le seguí por las escaleras rumbo a la cocina—. ¿Incluso en tu día libre madrugas?

—Sí, es bueno para mí la rutina —Se ruborizó un poco y miró hacia donde se sentaban los demás— Aquí todos la necesitamos —Luego me sonrió dándome una palmada en la espalda—. También te irá bien.

Me senté con todos en la mesa, siendo hoy demasiados para usar la barra como solía ser habitual todavía por lo que me habían contado. La comida se iba pasando, las bebidas se iban distribuyendo al igual que los zumos. Mi hermano bebía tranquilamente su taza de té. Después de haberle visto en una habitación de hotel, aquella imagen era reveladora. Se veía completamente feliz, en calma, bromeando como si nada con Jihoon y Seunkwang, los mejores amigos. Mingyu y Jun, los dos que se habían presentado primero, habían entrado en una discusión sobre los mejores videojuegos de esta temporada, tentándome a participar. Sin embargo, preferí mantenerme en silencio, observando. Aun me sentía demasiado vulnerable como para dejarme ir, para relajarme y sacar el middle que llevaba dentro. En el momento que lo hiciese, podría saltar de la forma menos imprevisible. Chan y Julia bebían café comentando sobre uno de los caballos, mientras Jeonghan leía el periódico desde su Tablet. Geraldine, al igual que yo, observaba contenta toda la diatriba, empapándose de la compañía.

— Bueno, hora de ponerse en marcha —El gran jefe del rancho dijo cuando todos habíamos terminado nuestro desayuno. Repartió las tareas de todos antes de llegar a mí. Su mirada inquisitiva no me gustó ni un pelo. Cuando se ponía así, sacaba el daddy que llevaba dentro y te regañaba. Aunque no había hecho nada malo ¿No? — Tú estás fuera de rotación hoy, te quiero con Chan. Lo necesitas —Entrecerró los ojos retándome a llevar la contraria y supe que mi intención de no sentirme vulnerable se había acabado.

El psicólogo miró a su amigo sin entender por qué necesitaba estar con él. Parecía formarse entre ellos una conversación silenciosa producto de una buena amistad. Una vez satisfecho con lo que fuese que pasara en ese intercambio, Chan me dirigió una sonrisa esplendorosa que prometía un día lleno de conflictos internos. ¿Cómo iba a poder resistirme cuando me dejaban con aquel hombre que por lo que sabía de su hermano siempre se salía con la suya? Una pequeña parte de mi ansiaba que me ayudase a bajar mis barreras, pero otra, la que llevaba años ganando seguía recordándome que quizás todavía se me estaba poniendo a prueba y mi tío podía ganar aún más.

—Ven conmigo —Me dijo cuando todos habían abandonado el rancho para empezar sus tareas—. Quiero enseñarte algo.

Lo acompañé, nervioso, retorciendo las manos y suspirando sin poder evitarlo. Sentía que en aquel momento podía suceder cualquier cosa. ¿Qué ocurriría si me negaba? ¿Qué haría si estallaba en aquel mismo momento? ¿Me volvería a recomponer? ¿Cuidaría de mí? Negué, intentando alejar los pensamientos que prometían un futuro que había dejado de ver y que me decía que no necesitaba. Fuimos recorriendo los pasillos, vacíos, salvo por las pocas personas que, teniendo el día libre, no habían querido madrugar. Eso me hizo pensar en Seokmin, el joven de la bonita sonrisa. ¿Habría podido descansar? ¿Estaría mejor después del mal día que había pasado?

Los hombres del Valle 3 - El psicólogo y sus sub [+18 ] (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora