La vida seguía golpeándome. Tras perderme y tener que pasar la noche muerto de miedo en el coche para coger un par de horas de sueño que me supieron a poco. Fue consciente de cada ruido a mi alrededor por lo que fue imposible conciliar el sueño. No quería usar el dinero en un motel sin saber cuánto podría costar, si necesitaría más gasolina o si habría sitios baratos dónde comer. Tenía que estar preparado para cualquier imprevisto. Sin embargo, no conté con el coche haciendo ruidos extraños. Tuve que dejarlo en el andén antes de que se detuviese por completo. Miré mi teléfono, sin batería. No podía pedir ayuda. Me dejé caer contra el volante, tratando de no llorar. Solo me quedaban veinte minutos. Había pasado la estación de bomberos y el letrero del Valle. Después de eso solo se tardaban veinte minutos. ¿Por qué tenía que pasar en ese momento?
Un golpe en el cristal me sobresaltó. ¿Cuánto tiempo había pasado lamentándome de mi mismo? Abrí la ventanilla para saludar al recién llegado. Su ropa anunciaba que era parte de los bomberos del pueblo. Eso indicaba que no podía tener malas intenciones y solo quería ayudad, al menos eso pensé. Solo faltaba que un ladrón me robase en medio de la carretera el dinero que me quedaba o, peor aún, que me desmembrara y me dejase tirado en algún lugar del campo para que me comiesen los animales y así no dejar ninguna prueba. ¿Qué pensaría Seungcheol? Se quedaría absolutamente devastado. Después de todo lo que había sufrido en los últimos meses...
—¿Se encuentra bien? —Me preguntó el desconocido sacándome de mi ensoñación—. ¿Necesita ayuda?
—Solo me faltaban veinte minutos para volver a casa, solo veinte ya hora no arranca —Sabía que mi voz sonaba desesperada y mis ojos brillaban por las lágrimas que trataba de aguantar, pero ¿qué podía hacer? La situación me superaba. Encima me había quedado sin batería.
—No pasa nada, vamos a ver si es algo que pueda solucionar. Si no, llamaré a la grúa y te llevaré a casa.
—¿Eres un ángel? —Pregunté ante tanta amabilidad. No sabía por qué me sorprendía. El Valle siempre había sido caracterizado por la generosidad de sus habitantes.
—No, bombero, pero vamos de la mano —Me guiñó el ojo.
Tras revisar el coche y mandarme a arrancarlo, me confirmó lo que ya sabía: la batería. Sin embargo, no iba a admitir a un desconocido cómo había ocurrido. Ya bastanste lamentable era mi condición con la ropa arrugada y el pelo indomable. ¿Y las ojeras? ¿Los ojos hinchados por el llanto? Sí, no tenía por qué empeorar la imagen penosa que estaba causando. Llamó a la grúa que no tardó en llegar, peo que me dio la mañana noticia de que estaba tan ocupado que iba a llegar tarde a recoger mi coche. A las ocho podría recuperar, antes de que cerrase. Otra razón más para confirmar que mi día era un desastre. Mi caballero de blanca armadura que me había acogido como su damisela en apuros me llevó hasta su coche. Tras subirme, apoyé la cabeza contra la ventanilla. Estaba cansado, harto de seguir despierto cuando el mundo se desmoronaba a mi alrededor. "Al menos mi tío ya no podía atacarnos más", pensé para tratar de ver lo positivo.
—Todo irá bien —Me dijo el desconocido con una dulce sonrisa—. Solo tienes que decirme donde te llevo y, si nadie puede acompañarte, te acompaño a recoger tu coche.
—Gracias —Suspiré y le di la dirección del rancho de Jeonghan. No me sorprendería que lo conociese. ¿Quién no había oído hablar de él?
—¿Joshua? — Preguntó de pronto. Le miré sorprendido al oírle decir mi nombre—. ¿Joshua Choi?
—¿Me conoces? —Me incorporé. En mi cabeza una sucesión de imágenes de asesinos en serie y secuestros empezaron a acumularse.
—Soy Jihoon, Woozi para los amigos —Se presentó y todo encajó como un puzle al que le pones la última pieza. Su atuendo, las cicatrices, la voz aspera... ¿Cómo no lo había pensado antes de llegar a las conclusiones más negativas?—. Te esperábamos. Seungcheol estaba a punto de preparar una salida de emergencia en tu búsqueda.
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Los hombres del Valle 3 - El psicólogo y sus sub [+18 ] (SEVENTEEN)
عاطفيةJoshua había luchado durante mucho tiempo por su hermano y su legado, pero había fracasado. No importaba lo que le dijesen, él seguía viendo que no había hecho suficiente. Chan huía de su pasado, se escondía del dolor y de un hombre que le había arr...