Private ★ jk

☆ 1

22:30

Era la hora exacta en la que comenzaba a ponerse bueno. Oía la música retumbar en mis oídos y cada vez veía entrar más gente al lugar.

—Dame otro, por favor —pedí al barman dejando la copa sobre la barra.

—Yuri, acabaste tu sexta copa de vodka, por favor basta.

—Pero estoy bien —le indiqué con una sonrisa— Soy bastante resistente al alcohol.

—El último —advirtió, dándose por vencido y poniendo otra copa frente a mi.

—Gracias, Lucas.

Realmente iba a ser la última, ahora que tenía el alcohol suficiente en mi interior solo quería dedicarme a bailar y divertirme, así que me fui directo a la pista.

Estaban todos bastante prendidos, como siempre, así que bailé de aquí hacia allá con diferentes personas por un buen rato.

—Necesito ir al baño, ya vuelvo —dije, aunque probablemente al tipo con el que bailaba le valía tres pepinos donde iba.

Entré al baño sintiendo un poco de paz al darme cuenta de que la música disminuía al entrar. Mojé mi cara con agua fría, me arreglé un poco el cabello y luego de tomarme el tiempo suficiente, salí.

—¡Mierda, lo siento! —me disculpé, bastante alto para asegurarme de que me oyera.

—¿Estás bien? —preguntó, y vi una media sonrisa formarse en sus labios.

—Si, ¿tú lo estás?

—Si, tranquila...

—Bueno, si me disculpas

Y cuando me disponía a irme, su mano tomó mi muñeca.

—Espera —lo miré, ahora yo con una media sonrisa— ¿Vienes sola?

—Si, ¿Por qué la pregunta?

—¿Te gustaría bailar un rato?

Sonreí, acercándome un poco hasta a él para que pudiese oírme.

—Por supuesto que si.

Y esta vez fui yo quien tomó su mano y lo arrastré hasta la pista.

La cantidad de gente que había ahí provocaba que la cercanía entre nosotros se acortara un poco.

Un poco bastante en realidad.

De esa manera pude ver con un poco más de claridad su rostro; ojos grandes color café, una nariz que parecía quedar perfectamente con sus rasgos faciales, labios ni muy finos ni muy gruesos pero bastante lindos y con un piercing de su lado izquierdo.

Hombre atractivo.

Dejé de pensar en como se veía cuando sentí sus manos bajar a mi cintura, acercándome ligeramente hacia él.

—Miras demasiado —dijo, sobre mi oído.

—Veo lo que puedo —respondí, inclinándome un poco— La poca luz no ayuda.

Sin embargo, había visto claramente aquella sonrisa asomándose en sus labios.

—¿Quieres besarme? —preguntó, bajando peligrosamente su rostro al mío.

—¿Puedo hacerlo? —pregunté, acercándome un poco más hasta sentir el roce de sus labios.

Asumí que su respuesta había sido un si, cuando sus labios ya estaban saboreando los míos.
Eran bastante suaves y más esponjosos de lo que parecían.

—¿Vodka? —preguntó apartándose unos cortos centímetros— Podría embriagarme fácilmente con tu boca.

Una pequeña risa escapó.