☆ 11

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Realmente no necesitaba a Doojoon, mucho menos si Jungkook iba a necesitarlo, pero insistió aún más en enviarlo conmigo cuando le dije que iría al aeropuerto.

La llamada de Matthew me había tomado por sorpresa, sin embargo lo que me sorprendió el doble fue saber que acababa de aterrizar en Seúl.

—Muchas gracias por traerme —agradecí a Doojon cuando estacionó.

—Puedo esperarla aquí, señorita Yuri —habló mirándome por el espejo retrovisor— Jungkook dijo que tenía que dejarla sana y salva en la puerta de su departamento.

—Oh, no creo que sea necesario. Estoy aquí para recoger a un amigo y a ti Jungkook te espera.

—Puede ir por él y los llevaré juntos. Nos queda tiempo.

Parecía decidido a seguir insistiendo así que acepté y salí del auto sacando mi celular.

—Acabo de llegar, ¿de qué lado estás?

—Alguien me sacó para ayudarme a tomar un taxi, pero aún te espero.

—Bien, creo que ya se donde, espérame ahí y no te muevas.

—Por supuesto, Riri.

Volviendo a meter el celular en mi bolsillo corrí entre las personas que iban de un lado a otro, y después de buscar un rato lo vi a unos metros.

—Siento que cada vez que te veo estás un centímetro más alto —hablé a sus espaldas.

No tardó nada en girarse y encerrarme en un abrazo.

—No puedo decir lo mismo —dijo apartándose después de unos segundos— Me parece que el embarazo te sienta bien. Te ves más brillante.

—¿Gracias?

Matt rió sacudiendo mi cabello.

—Es completamente un cumplido.

—Vamos, hay alguien esperándonos y no tiene mucho tiempo —me apresuré en decir intentando ayudarlo con su maleta.

—Puedo llevarla, tranquila. Tú guíame.

A pasos rápidos volvimos por el camino que tomé antes, apresurándonos en entrar al auto.

—Bueno Matt, este es Doojoon, un amigo —le presenté, dando una mirada al conductor— Y Doojoon, este es Matthew, mi mejor amigo. Su coreano es bastante malo.

Doojoon sonrió y agitó la mano en forma de saludo.

—¿Es mudo? —susurró Matt, provocando que le diera un pequeño codazo.

—No, le dije que no entendías coreano.

Se aclaró la garganta y se quitó la gorra antes de comenzar a acomodar su cabello.

—¿Y tú novio?

—No es mi novio —respondí virando los ojos.

—¿Cómo? —cuestionó inclinándose para buscarme la mirada.

—En casa hablamos.

Minutos más tarde, lo tenía sentado en el sofá de mi sala, bormbardeándome de preguntas.

—Espera, espera... estás diciendo que van a tener un bebé, renunciaste a tu trabajo en Nueva York para venirte aquí porque él te lo pidió, pero ¿no hay nada entre ustedes?

—Si bueno, es complicado.

—Pero porqué, no has dejado de repetirlo y yo sigo sin ver que lo complica.

—Es... es un artista.

—¿Qué tipo de artista? —inquirió tomando un sorbo de agua.

—¿Musical?

Private ★ jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora