Private ★ jk

☆ 10

Buscando una buena y más cómoda posición para seguir durmiendo, me di cuenta de que tenía mi brazo inmóvil por lo que me vi obligado a despertar por completo y la vista que recibí no era para nada lo que esperaba.

Yuri dormía plácidamente con su cabeza reposada en mi brazo. Tenía algunos cabellos revueltos por el rostro y una de sus manos estaba sobre su poco abultado abdomen, el cual al parecer no le presté la atención suficiente cuando fui a su departamento.

Si mirabas atentamente, veías una pequeña pancita, algo que no lograba hacerse notar cuando andaba por ahí con alguna camiseta más suelta.

Lindo.

La situación había sido bastante complicada desde que llegó la noticia, por lo que pasaba más preocupado que relajado, pensando una y otra cosa por lo que no me había dado el tiempo de imaginarme siendo papá.

Y pensarlo esta vez me puso más feliz que las anteriores.

Supongo que realmente me estaba acostumbrando.

Desearía poder decírselo a mis padres, ellos se preocuparían hasta de la cosa más mínima, Yuri no estaría sola y confiaría plenamente en que la mantendrían bien.

El ruido en su celular comenzó de pronto, llamando mi atención hacia la mesita de noche.

Yuri abrió los ojos con dificultad y al chocar su mirada con la mía se levantó de golpe.

—Mierda —soltó cuando miró la pantalla. Logré ver que alguien llamado Matt era quien llamaba— Me quedé dormida. Dios, van a despedirme, y ni siquiera llevo un mes.

—Calma, puedes llamar y decir que te surgió algo —sugerí, levantándome de la cama para ir hasta ella.

—No, ya lo hice hace unos días, van a despedirme igual por tanta falta cuando acabo de entrar —lloriqueó.

—Deja que hable yo.

—No, de ninguna manera.

—Vamos, no van a notarlo —insistí, extendiendo la mano mientras esperaba a que accediera a darme el celular— Además quiero hablar sobre algo contigo.

—¿Sobre qué?

—Te lo diré si me dejas hacer la llamada —respondí con una media sonrisa.

—Supongo que tendré que quedarme con la duda —terminó por decir encogiéndose de hombros.

Solté una pequeña risa y finalmente me rendí.

Por ahora.

—Bien, ponte algo de ropa, yo prepararé el desayuno —terminé diciendo mientras salía de la habitación.

—Ni qué estuviera desnuda —alcancé a oír por el pasillo.

Buscando todo lo necesario para preparar el desayuno mientras esperaba el agua caliente, comencé abriendo una lata de atún que puse sobre un recipiente, abrí un par de aguacates que dejé preparados en otro recipiente y puse a tostar unas rebanadas de pan integral.

Yuri se asomó por el pasillo y vino directo a sentarse sobre el taburete.

—Mhm, podría acostumbrarme a esto —comenta con una pequeña sonrisa tirando de sus labios.

—Aunque no soy tan bueno en la cocina como tú —respondí, vertiendo el agua caliente en una taza.

—Hablas como si fuese una experta en la cocina.

—Ese plato que preparaste en tu casa estuvo extremadamente delicioso.

—Solo tuve suerte —soltó restándo importancia al asunto, lo que me provoco una pequeña risa— Me manejo bien, claro, pero hay personas realmente  buenas en ello.