☆ 05

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ᯓ★୭ ˚. ᵎᵎ

—JiMin, ¿no te llena de emoción que estemos ambos en el escenario? Devorando al público, haciendo música juntos.—Comentó el pelinegro tendido en el césped a un lado del mayor.

—Kookie, no lo sé, no pagan mucho a los artistas.

El pelinegro se paró de su posición, mirándole incrédulo.

—¿Qué?

—Oh vamos JiMin, con nuestras voces, tu creatividad y mi rebeldía, ¡seremos grandes! ¿No te gusta soñar?

El más bajo miró a su amigo por un momento, quizás era algo alejado y bastante utópico sin embargo, sólo sonrió a él.

—Eres un caso perdido, ¿lo sabías?

—Prométeme que seremos grandes músicos, tan grandes como Kurt Cobain, no abandonaremos nuestros sueños, seremos la envidia de todos.—JungKook se puso de cuclillas, tocando levemente la mejilla suave del mayor.

—Te lo prometo.—Respondió sonriendo tímidamente mientras dejaba derretirse ante el tacto del muchacho.

Presente.

—¿De qué hablas?—El ahora rubio, Park JiMin, miraba al vocalista de Ades con sus ojos abiertos, acercándose a él.

—Mira no es necesario que tengamos que besarnos el culo, podernos seguir odiándonos en secreto.—Le guiñó un ojo descaradamente, haciéndole rodar los ojos en respuesta.—Ambos queremos lo mejor para nuestro futuro como artistas.. además, es Choi Records el que está interesado en contratarnos.

A JiMin le empezaron a brillar los ojos cuando escuchó el nombre de la empresa, obviamente la reconocía, pasó tanto tiempo revolcándose con el CEO que intercambiaban palabras de vez en cuando, sin embargo, el sólo lo veía como un polvo nada más, una escapatoria a su vida.

—Así que Choi Records, ¿uh?

—Sí, el mismo del viejo que te tiraste.

El mayor suspiró, aguantando las ganas de plantarle un puñetazo al pelinegro por lo imbécil que podía llegar a ser.

—Déjame pensarlo.

—Además..—El menor se acercó al contrario lo bastante para poder sentir su respiración sobre su boca, jugando con el borde de su camiseta.—Tendrás más tiempo para descargar tu enojo conmigo.—Expresó con una mirada seria, al mismo tiempo lujuriosa.

Park se acercó aún más, quedando ambos con sus narices rozando la contraria.

—Vete a la mierda.—Sonrió de manera desquiciada, después de empujarlo un poco lejos de él.—Como sea, si es algo bueno para mi banda, lo tendré en cuenta.

—Como quieras, mariposón.—Dijo socarronamente mientras ponía sus manos en el bolsillo y sacaba sus labios como si le estuviera tirando un beso.

Así era el, descuidado y fanfarrón.

Una de las cosas que enamoró a JiMin cuando eran sólo unos adolescentes de dieciséis años.

—Ahora piérdete, llego tarde.

—Claro claro.—Asintió caminando hacía él otro lado del pasillo.

Al momento de salir del edificio, Jeon estaba eufórico, bailaba por las calles de la ciudad mientras fumaba su cigarrillo.

La gente mirándolo como si estuviera loco.

Sólo hasta que su celular comenzó a sonar ruidosamente, haciéndolo detenerse, al ver el nombre de contacto, su sonrisa desapareció.

bring it bastardz! • kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora