Kookmin. •Mi obsesión• (Historia pausada)

Parte 2

Era momento de presentarse, la profesora ya había  comunicado sobre cómo sería este nuevo año y cómo se llevaría a cabo, las cosas que harían y los trabajos incluyendo más temas. Luego de esto ya era hora de que los estudiantes se presentaran.

Y así fue, uno por uno fue presentándose, pero mientras esto pasaba un pelirrubio tenia sus pequeñas manos debajo de la mesa del pupitre temblando, sudando y el corazón latiendo a mil, intentaba controlarse, no entendía el por que estaba así, la forma de ser del rubio era que no le temía hablar en público, le encantaba participar, hablar, recibir atención.

¿Entonces por qué se encontraba así?

Jimin desde que era pequeño le daban pequeños ataques de ansiedad al hablar en público, era demasiado introvertido, le aterraba la idea de tener que decir algo y todos sus compañeros lo observan, le daba miedo equivocarse.

Sin embargo asistió a una psicóloga desde pequeño para poder sentirse mejor y superar esto, cosa que Jimin pudo lograr pero ahora luego de tantos años se encontraba nervioso sin razón alguna, no sabía si era porque tenia al chico más caliente a su lado o simplemente su trauma volvió. Todo esto fue algo que no pasó desapercibido para él pelinegro, desde el principio se dio cuenta como aquel rubio movía su pierna con desesperación, sus pequeñas manos debajo del pupitre mientras se tronaba los dedos estando sudorosas, quiso preguntarle si se encontraba bien pero justo cuando iba a hacerlo llamaron a el lindo chico que se encontraba a su lado, quien no desaprovechó ni un segundo y lo escaneo de pies a cabeza nuevamente sintiendo que se iba a derretir ahí mismo.

Mientras tanto, Jimin sintió que su alma se iba de su cuerpo, sintió que se iba a morir ahí mismo pero prefirió controlarse y presentarse, era más vergonzoso demostrarse que estaba nervioso. O bueno, para Jimin era así

-E-ehm, bueno_Aclaro su garganta al ver cómo todos los escaneaban de pies a cabeza escuchando sonidos de asombro, parecían hipnotizados porque ni siquiera pestañeaban al ver su rostro_ mi nombre es Park Jimin, tengo 21 años y vengo de busan, me gustaría poder llevarme bien con todos ustedes sin ningún problema algunos, he estado con algunos de acá desde hace varios años, pero hay otros que no conozco y espero poder llevarme bien con ustedes, si tienen algún problema o alguna duda gustoso les puedo ayudar._Dijo con una sonrisa mientras se sentaba nuevamente, sus nervios al hablar se fueron.

-Perfecto, Joven Park, y así será, espero que ninguno tenga algún inconveniente, ya saben que si necesitan algo pueden acudir con sus compañeros que llevan más tiempo acá ya que hay compañeros que apenas ingresaron este año._Anunció la pelinegra mientras llamaba a otro estudiante.

Todo fue muy rápido, Jungkook sintió como su entorno se congelaba, ¿Había escuchado bien? ¿Park Jimin? ¿Es el mismo de la secundaria? Nah, imposible, era lo único que pasaba en la mente de Jungkook, si fuese Jimin lo hubiese reconocido, aunque ahora que lo pensaba era extraño porque ese rubio llevaba ciertas facciones similares a Park Jimin de su secundaria.

Entonces sí era él..

Joder, se veía mejor que nunca, tanto que casi se lo come con la mirada al verlo desde que ingresó, y era cierto, no recordaba bien el rostro de este en la secundaria, pero ahora que lo pensaba no le parecía una mala idea que fuera él, una sonrisita se formó en el rostro del pelinegro al recordar que ese mismo rubio era con el que discutía en cada momento gracias a que él lo molestaba quitándole sus cosas con tal de ocasionar reacción alguna en el pelirrubio, Jimin le parecía lindo y por esa razón pasaba molestándolo con tal de estar cerca de él, pero era obvio que nunca lo diría.

Salió de sus pensamientos cuando escucho como una voz femenina lo señalaba, esta no era nadie más y nadie menos que la profesora.

- El Joven que está al lado de Park Jimin, por favor, preséntate._Al escuchar esto Jungkook solo bufo y se levantó de su asiento, escuchaba como las chicas tiraban chillidos mirándolo con caras de enamoradas, cosa que solo le causó incomodidad, si tan solo supieran que no le tiraba a ese lado.