~Dark & Wild~

~24/7 = El Cielo~

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- ¡Ki-Ki-Ki-Ki-Kirishima kun! - 

- ¿Ah? ¡Jajajajaja! - 

- Es que es... o-o-o-o-o sea... eso es... - 

- Un anillo, si... ¿por qué? - 

- Porque es muy bonito. - No quiso decirle las 1800 cosas que ese tipo de presente puede representar para una chica así que se quedó de esa manera. 

- ¿Y también es el primero que te regalan? - Y ella asintió por respuesta. 

- ¡Jejeje! Me alegro. ¿Y ahora qué quieres hacer? - Uraraka estaba en una especie de ensueño en donde todo era maravilloso y bonito; la emoción la invadió y sólo una cosa se le venía a la mente.

- Besarte. - 

- ¿Eh? - Por una fracción de segundo el chico se quedó en blanco y para cuando reaccionó ella lo llevaba a quién sabe dónde; las sandalias resonaban en los adoquines del festival. "¿Entonces fue buen regalo?" Pensó Red Riot mientras la chica pasó algunos puestos y se metió entre otros, atrás de un tumulto de globos y sin demora se prendió de su boca rodeándolo por el cuello con ambos brazos. Fue entonces que Kirishima la rodeó con sus brazos y la prensó; Ochako sintió aquella prisión de músculos que envolvía su cuerpo y suspiró; a pesar de la dureza se sentía bien. Soltó el aire por la nariz y fue moviendo su boca así que el chico la imitó; sus labios embonaron entre sí. 

Uraraka prestó atención a cómo se sentían los labios ajenos contra los suyos; la textura y la suavidad, lentamente hizo presión contra el labio inferior y de pronto tomó la batuta del asunto. Él correspondió, se dejó besar pues caía rendido a sus pies cuando sentía sus labios de esta manera. Pero pasaron algunas personas riéndose y conversando y ambos se separaron, pero esa sensación palpitante estaba presente en los labios de ambos.

- ¡Je! - Rio ella apenada mientras él le miraba; ahora parecía que era él quien estaba en el ensueño, mostrándose un tanto aprensivo. 

- Uraraka. - 

- ¿Si? - 

- No sé si está bien que hagamos esto pero quiero seguir haciéndolo. -  

- ¿La cita o el beso? - 

- Ambas cosas. - 

- ¡Jejejeje! Si, a mí también. - 

- ¿Entonces podemos seguir saliendo? -

- Y... besándonos también. - 

Aunque siguieron en el festival, comiendo dulces y jugando en los juegos, se enteraron que los fuegos artificiales no serían sino hasta el siguiente miércoles cuando el evento terminaba. Apenas era el primer día. Al final Ochako sí se llevó un peluche de oso que llevaba abrazado que él ganó tirando dardos; pero entre tanto y tanto, ocultos atrás de algún puesto, volvían a besarse; el asunto es que esto no iba a ser tan sencillo en UA.