Me encontraba perdido en mis pensamientos mientras leía un libro que tomé de la biblioteca para tratar de encontrar información sobre el sitio en el cual me encuentro. Tenía una pila de libros en mi habitación para leerlos todos y ver que encontraba en ellos. Jigoku estaba arreglando la biblioteca mientras yo estaba en lo mío.
—Nouha -me sacó de mis pensamiento—, ven a ayudarme a guardar estos libros en su lugar.
—Espera tantito que termine de leer esta página.
—Por favor Nouha, colabora, esa página no se va a desaparecer del libro, ven a ayudarme con esto. No se te va a caer una mano.
En vez de levantarme a ayudarla utilicé los hilos que podía hacer que brotan de mis dedos para ayudarla a que llegase a guardar los libros.
—Está fino que quieras ayudarme utilizando tu poder, pero deja la pereza y levántate a hacer las cosas tú mismo sin usar tus poderes en algo que puedes hacer.
—Ay por favor Jigoku —bufé rodando los ojos-, no seas tan hostíl, pareces una señora, apenas tienes quince y piensas como una representante.
—Ya pues, bájame, ya hice lo que tenía que hacer —la bajé, se sentó a mi lado con intenciones de ver lo que leía desde hace un buen rato; no le impedí que lo viese ya que no era nada raro, al menos para mí— ¿En serio aun sigues con ese tema? —subió la mirada para posarla en mis ojos.
—No me juzgues, además, ayer estuve hablando con el experimento más antiguo de todos, me dijo que no debo rendirme pero que si tengo que investigar a ver que encuentro.
Negó con la cabeza como si estuviese decepcionada mas no asombrada por mis palabras. Tomó uno de los libros que tenía apartados para leer después. Comenzó a ojearlo solo por curiosidad y no porque le importase mucho el contenido que en él había; inesperadamente llego Aera transportándose por las sombras hasta posarse frente a nosotros. Al parecer estaba emocionada de algo.
—Chicos, Lilith los está llamando. Quiere hablar específicamente con ustedes, Maitthy y Sikkih.
Me alegra oír eso, la albinita quiere hablarme.
—Enseguida —me puse de pie dispuesto a ir tras Aera.
Fuimos al mismo lugar al que había ido dos días atrás —era el lugar en el que la conocí—, Maitthy, Sikkih y Lilith ya estaban conversando en ese mismo lugar mientras tomaban aparentemente un té. Jigoku, Aera y yo nos sentamos frente a ella como los otros dispuestos a escuchar lo que tenía por decir.
Me fije en que Maitthy estaba un poco tensa al estar frente a ella con expresión de enfado al igual que Jigoku, la cual la veía con cierta molestia.
No entiendo porqué ya que Lilith es una chica de lo más agradable y simpática; al menos a mi en lo personal me cayó bastante bien.
—Gusto en verlos niños, para los que no me conocen yo soy Lilith, el experimento 2-8-4, el más antiguo de todos ya que tengo veintitrés años. Se preguntaran porqué los llamé aquí. La respuesta es simple; quiero que ustedes sepan una cosa.
Todos los presentes estábamos un poco incomodos por el tenso ambiente que se había formado en el lugar de la reunión con ella. Ahora Lilith tenía la atención total de todos.
—Este lugar más que una casa para todos los niños que viven aquí es un laboratorio en el que experimentan con niños para volverlos poderosos y capaces de darles toda la fama que han deseado por tantos años; con esto les quiero decir que Nouha no está loco al pensar que hay salida, porque si la hay, solo deben de investigar.
—¿Cómo es que estas tan segura de eso? —preguntó Sikkih—, lo pregunto porque si nunca has salido de aquí, como es que sabes todo eso sobre este lugar.
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Corre si es que puedes
Fantasía¿Qué creerían si les dijera que tuve que escapar con mis amigos de una cabina subterránea en la cual nos volvimos experimentos? Estábamos cansados. Cansados de ser abusados. Cansados de ser solo unos niños de laboratorio. Cansados de sufrir. Por eso...