𝑵𝒆𝒘𝒕
Nuestras memorias podrán estar escondidas en lo más fondo de nuestra mente, sin embargo, nuestro cuerpo y alma, se pertenecen. Nuestro destino está unido en uno mismo.
"𝗡𝗨𝗘𝗦𝗧𝗥𝗢 𝗗𝗘𝗦𝗧𝗹𝗡𝗢"
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Mi corazón latía al mil.
Aquellas palabras que soltó Minho, debía rectificar el haber escuchar correctamente.
— ¿Qué carajos dijiste, Minho?
— Este lugar.. —pausó, fijando su mirada a la lejanía- Nadie lo había visto antes, y me incluyo.
Los jadeos de los presentes retumbaban contra los muros, provocando eco.
Y a la lejania, los choques metálicos contra el suelo nos ahogaban en un gran desespero.
Tragué duro. La áspera y agria sensación en mi boca hacían todo más difícil.
La viva imagen del chico pidiendo auxilio, siendo jalado por el penitente no me dejaban concentrar con claridad.
Sus aullidos de agonía y sufrimiento resultaban aún peor.
El temor y pánico de terminar como él resultaban jodidamente desesperantes.
— Minho, tú decides—le dije a jadeos.
El ambiente estaba mucho más que tenso.
El pelinegro le dio un vistazo al moreno, quién, en su rostro tenía pequeños rastros de un líquido carmesí, y el sudor por toda su piel.
Minho comenzó a sentir que sabrás dios que, sin embargo, no tenía cabeza para pensar en que carajos estaba de acuerdo.
— Debemos inspeccionar, pero también debemos regresar. No sabemos si este lugar nuevamente se abrirá, como tampoco si se cerrará en algún momento, por eso..
El chirrido que sonaba a nuestras espaldas nos dejaba ver que el penitente se acercaba, listo para clavar de nuevo esas armas filosas por la carne de un habitante.
— Necesitamos tiempo para revisar—continuó, y sus ojos color negro profundo se posaron sobre mi.
De inmediato, comprendí a qué se refería.
Era más que claro.
Asentí firmemente, con una mirada feroz de mi. Una llama de fuego oprimía mi pecho, acelerando aún más mi pulso.
— Nefeli, confío en que estarás bien—agregó, mirándome seriamente.
Sentía las gotas de sudor escurrir por mi cuerpo, y la garganta seca, sin embargo, desde el momento que decidí ser corredora, estaba lista para estás situaciones.
— No prometo nada.
— Estupendo, estarás bien—respondió Minho- Ben y Alby, vengan conmigo. Debemos asegurarnos averiguar dónde carajos está una salida.
