𝑵𝒆𝒘𝒕
Nuestras memorias podrán estar escondidas en lo más fondo de nuestra mente, sin embargo, nuestro cuerpo y alma, se pertenecen. Nuestro destino está unido en uno mismo.
"𝗡𝗨𝗘𝗦𝗧𝗥𝗢 𝗗𝗘𝗦𝗧𝗹𝗡𝗢"
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El disturbio recorría por cada rincón del área.
Un alarmante sonido, que, te hacían doler los oídos, al punto de querer explorar, y provocando un punzante dolor en tu cabeza. Te obligaba a tapar desesperadamente tus oídos.
Era así, sin embargo, los rostros que tenían todos los habitantes del área, hablaba más allá de eso.
— ¿Qué carajos dijiste?—Cuestioné con los ojos abiertos en par en par.
La mirada perdida, y de preocupación del menor me hacía volver loca.
— ¡Chuck!—Grité, buscando su atención— Por favor dime, que sucede.
Aunque ya tenía la idea de que sucedía, insista en escucharlo por otra persona. Temible por la respuesta, continuaba insistiendo.
Mi tono de voz comenzaba a volverse chillón.
La sensación de que todo se estaba yendo al carajo oprimía dolorosamente mi pecho.
— Es..—no terminó de decir Chuck, cuando, a mitad del área se podía distinguir una gran multitud, rodeando sabrá Dios que.
— ¡Chuck!—grité, tomándolo fuertemente de los hombros, mirando desesperadamente de allá para acá.
— Es la caja—su voz chillo— Está subiendo, con un nuevo novato. Esta todo jodido.
Lo miré con curiosidad, y una pizca de terror invadió mi cuerpo.
Las rodillas aceptaban el miedo que inundaba mi cuerpo, debilitandosé.
Si bien, de acuerdo a las explicaciones que obtuve de Minho y Newt, era posible que se tratará de las provisiones diarias, pero, aquella alarma indicaba lo contrario.
Un nuevo novato estaba subiendo.
En tan poco tiempo, más de dos novatos habían subido por la caja. Algo que resultaba contradictorio a la rutina del área.
Mis labios mordisquearon, al punto de sentir el sabor metálico en mi paladar.
— Mierda.. ¿Qué está pasando..?—murmuré.
Y sin darme cuenta, ya estaba corriendo como perro a la gran multitud.
Tenía que ver por mi misma que mierda sucedía.
Los murmullos continuaban, cada vez haciéndome más fuertes y audibles. El pánico, la duda, y la curiosidad era olido entre los aires.
— ¡Newt!—grité, chocando la mirada con aquel que miraba con seriedad la caja.
