Ecos del mundo pokémon

Hisui

Necesitaba llegar a Pueblo Puntaneva, pero tenía que pasar por el Monte Corona. Por suerte, cuando estaba en el Hotel Gran Lago, entablé amistad con una entrenadora muy importante de Sinnoh. Ella me comentó que también tenía asuntos que hacer en Puntaneva y por ende, fuimos juntas hacia dicho pueblo. Había que pasar por el Monte Corona y que bien, que iba acompañada...no creo que pudiera encontrar la salida adecuada.

Mientras estábamos descansando en el Monte Corona, ella me quiso contar una historia de hace mucho tiempo, de sus ancestros. Cuando Sinnoh, se llamaba Hisui y yo con gusto quise escucharla.

Hace mucho tiempo cuando Sinnoh se llamaba Hisui, había una mujer de cabello largo, ondulado y de un rubio platino. Tenía unos grandes ojos de un profundo azul. Le encantaba la arqueología y venía de otra región, más nunca nos dijo de cuál, para descubrir todo lo que pudiera de Hisui. Iba acompañada de un Glaceon y un Milotic, quienes fueron esos dos pokémon siendo un Eevee y un Feebas los que la siguieron y entablaron amistad. Un día se encontraba mirando restos de la antigua civilización que hubo en Hisui, cerca del Monte Corona, se encontró a un joven hombre, abatido y solitario. Sentado junto a un arroyo, su rostro estaba marcado por la angustia y el arrepentimiento. Al acercarse, notó la tristeza en sus ojos y decidió ofrecerle ayuda.

—Hola, soy Aeliana—le saluda con una sonrisa—¿Estás bien? Te encuentro un poco perdido y abatido ¿Puedo ayudarte en algo?—.

—Mi nombre es Volus—dice mientras mira el arroyo—He cometido actos horribles y ahora...que me he dado cuenta...no sé como seguir adelante—.

—Vaya...—Aeliana se sienta a su lado y le mira con una sonrisa—¿Puedo conocer tu historia?—.

Él le relata cómo se obsesionó con la mitología de Hisui, con los legendarios y como quería hacerse con Arceus pero que fue detenido por un joven y le hizo entrar en razón, dándose cuenta de lo que estaba apunto de hacer. Traicionando a todos aquellos que confiaban en él.

—Todos cometemos errores, Volus. Lo importante es aprender de ellos y encontrar una manera de redimirse. Tal vez, pueda ayudarte a encontrar un camino hacia la redención—le propone con una sonrisa de bondad, ya que no quería dejarlo ahí, solo.

Aeliana se quedó con Volus ayudándolo a encontrar un propósito nuevo. Juntos, comenzaron a explorar y documentar las ruinas antiguas y los mitos de la región de Hisui. Aeliana enseñó a Volus a ver la belleza y el conocimiento en la historia y la naturaleza, ayudándolo a comprender que la verdadera grandeza no vienen del control, sino del entendimiento y la armonía.

Varios meses después, están caminando cuando Volus sonríe hacia su compañera Aeliana.

—Aeliana—la llama y esta se gira para verlo con una sonrisa—Gracias por no juzgarme por mi pasado. Estoy comenzando a ver el mundo de una manera nueva, gracias a ti—.

Aeliana se pone a reír con suavidad—Todos en esta vida, merecen una segunda oportunidad, Volus. Lo importante es lo que hacemos con esa oportunidad—.

Sigue pasando el tiempo y Volus y Aeliana desarrollaron un vínculo profundo, basado en el respeto mútuo y la comprensión. La empatía y la sabiduría de Aeliana, junto con el arrepentimiento y el deseo de redención de Volus, crearon una relación fuerte y amorosa. Aeliana se convirtió en el faro que guió a Volus fuera de la oscuridad de su pedazo, mientras, él se transformaba en una persona nueva, más sabia y compasiva.

—Aeliana. No sé cómo agradecerte por todo lo que has hecho por mí. Me has mostrado un mundo que nunca creí posible—Volus dice con una sonrisa de agradecimiento.

—Juntos, Volus, podemos seguir explorando y aprendiendo. Y tal vez, algún día, nuestro legado inspire a futuras generaciones—le responde mientras llegan a la cima del Monte Corona y Volus ahora lo ve con otros ojos, muy diferentes a la última vez que estuvo ahí, hace un par de años atrás.

Al final, la pareja se establecieron en la región de Hisui, donde continuaron su trabajo como arqueólogos y estudiosos de la historia pokémon. Su relación floreció, y juntos tuvieron una familia. Un par de generaciones más tarde, una de sus descendientes, se convertiría en una de las entrenadoras más fuertes del mundo quién es conocida por su sabiduría, su fuerza y su profundo conocimiento de la historia y los mitos pokémon.

Está bastante bien el epílogo que he montado al final de esta historia. Lo último, Cinthia me lo contó de otra forma, solo que, bueno...es mi amiga ¡Y es una de las entrenadoras más fuertes! Como podéis haber adivinado, es la historia de sus antepasados. Parece que dicha historia se lo contó su abuela, que a su vez, se lo contó la suya. Una historia bonita que saqué del Monte Corona. Cuando le dije que me gustaría ver la cima, me llevó y que desilusión al verla tan destruida. Me contó todo lo sucedido con el Equipo Galaxia y la razón que estuviera así.

Pero al menos, pude llevarme unas hermosas vistas del Monte Corona.