❝ El camino hacia el éxito está pavimentado con tropiezos, pero solo aquellos que se levantan después de cada caída llegan a la cima❞
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Con un coraz...
"El apoyo y el aliento de mis compañeros son mi mayor motivación."
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UN SUAVE RAYO DE LUZ SE FILTRÓ por la ventanilla del minibús, despertando a Hikary. El joven de ojos ámbar se estiró perezosamente, disfrutando de los últimos momentos de sueño, al sentarse, se pasó una mano por el cabello, despeinándolo aún más, con los ojos aún entrecerrados, se levantó y salió del vehículo.
Hikary caminaba lentamente con su bastón, arrastrando su manta por el suelo. Sus sentidos estaban aún adormilados, pero el sonido de un balón rebotando lo sacó de su letargo, siguiendo el sonido, llegó a un gimnasio, al abrir la puerta, todas las miradas se posaron en él, se sintió un poco incómodo ante tanta atención, pero ya estaba acostumbrado a ello, así que simplemente sonrió.
"¡Hikary-sempai llegó!", exclamó Hinata, corriendo hacia él con una sonrisa radiante. Los demás miembros del equipo también lo saludaron con entusiasmo.
Suga, sin embargo, comenzó a regañarlo como a un niño pequeño "¡Dónde te habías metido! ¡Todos te estábamos buscando!". Sus palabras, aunque dichas con tono regañón, estaban llenas de cariño y provocaron risas entre los presentes.
Mientras tanto, los miembros de los otros equipos observaban con curiosidad al nuevo integrante del Karasuno. "¿Quién es ese chico?", se preguntaban unos a otros. "Parece interesante", comentaban entre si.
De repente, una voz fuerte resonó en el gimnasio: "¡Hey hey hey, Hikary! ¡Qué gusto verte otra vez!". Todos los ojos se dirigieron hacia aquella voz muy familiar.
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Todas las miradas se posaron en Bokuto Kotaro, el capitán del equipo de volleyball masculino del Fukurodani, que se acercaba con una sonrisa radiante, a su lado, Akaashi Keiji, de expresión serena, acompañaba a su amigo. Hikary, al reconocer a Bokuto, se separó del grupo y se dirigió hacia ellos.
"¡Kotaro-chan!" exclamó Hikary, chocando las manos con entusiasmo con el nombrado . La sorpresa se apoderó de todos los presentes al descubrir que estos dos jugadores, tan diferentes en apariencia, se conocían.
"¡Hikary-sempai y Bokuto-sempai son amigos!", gritó Hinata, saltando de alegría, pues las dos personas que también admiraba eran amigos, los demás jugadores también reaccionaron con sorpresa.
"Keiji-chan, qué gusto verte", dijo Hikary, sonriendo ampliamente. Sus ojos ámbar brillaban con una luz cálida que parecía iluminar toda la cancha, Akaashi, a pesar de su naturaleza tranquila, no pudo evitar sonreír ante el entusiasmo de Hikary. "El placer es mío, Hikary-san", respondió con cortesía.
Hikary hizo una reverencia ante todos los presentes. "Soy Sato Hikary, es un placer conocerlos a todos. Espero que podamos convivir bien y tener partidos geniales".
Los jugadores de los otros equipos se presentaron uno por uno, impresionados por la calidez y la energía de Hikary. Kuroo, el capitán de Nekoma, se acercó con su característica sonrisa felina. "Un gusto conocerte, Hikary-chan. Será un placer jugar contra una leyenda como tú, soy Kuroo Testuro capitán del Nekoma"dijo, estrechando la mano de Hikary.
Este respondió con igual entusiasmo "El placer es mío, Testuro-chan. ¡Tengamos un buen partido y divirtámonos!". Su sonrisa contagiosa hizo que Kuroo se ruborizara ligeramente, incluso Kenma, quien siempre se la pasaba ignorando a los demás levantó la vista de su consola para observar la interacción entre los dos jugadores, y escuchando las risas burlonas de sus compañero por la reacción de Kuroo.
Mientras tanto, los demás jugadores del Karasuno observaban la escena con orgullo. Su nuevo miembro estaba causando una gran impresión en los demás.
La tensión se palpaba en el aire mientras los equipos se preparaban para el primer partido del campamento. Cada jugador de Karasuno, incluido Hikary, realizaba sus estiramientos con determinación, concentrándose en el partido que se avecinaba.
El pitido inicial resonó en el gimnasio, dando comienzo al enfrentamiento entre Karasuno y Ubigawa. Hikary, desde la banca, observaba cada movimiento con la intensidad de un halcón. Su tableta, un fiel compañero, registraba cada punto, cada jugada, cada estrategia de ambos equipos, los saques de Ubigawa eran un arma formidable, precisos y potentes, pero Karasuno demostró una gran solidez defensiva y una ofensiva implacable.
Los ataques certeros de Hinata, los bloqueos sólidos de Tsukishima y la visión de juego de Kageyama se combinaron a la perfección, creando un muro impenetrable para Ubigawa. Con cada punto a favor, el ánimo de Karasuno se elevaba, contagiando al resto del equipo.
A pesar de la resistencia , Karasuno logró imponer su ritmo de juego y, finalmente, se adjudicó la victoria, los jugadores de Karasuno celebraron con euforia, chocando las manos y vitoreando. Hikary, aunque no había entrado en la cancha, se sentía parte de ese triunfo. Había analizado cada jugada, había aprendido de las fortalezas y debilidades de su equipo y de sus rivales.
Karasuno se enfrentaría a Shinsen y, posteriormente, al temible Nekoma. Este último partido resultó ser el más reñido hasta el momento, los bloqueos de Nekoma eran impenetrables y parecían anticipar cada movimiento de Karasuno.
Hikary, desde la banca, observaba el partido con ojos brillantes. Su pulso acelerado y su respiración agitada delataban su creciente emoción, la cancha lo llamaba, lo urgía a entrar en acción. Sin poder contenerse más, se levantó y se dirigió hacia Ukai y Kiyoko.
"Ukai-sensei, por favor... déjeme entrar", suplicó Hikary, su voz llena de determinación. Ukai lo miró, sorprendido por la intensidad en los ojos de su jugador, sabía que Hikary no podía jugar debido a su lesión, pero también reconocía la pasión y el deseo que ardían en su interior.
"Kiyoko, busca un chaleco", ordenó Ukai, sintiendo un nudo en el estómago. Kiyoko asintió y se apresuró a buscar un chaleco del tamaño adecuado para Hikary.
Con el chaleco puesto, Hikary sonrió a Kiyoko. "Ten cuidado y no te esfuerces demasiado", le dijo ella, sabiendo que no podría detenerlo.
Hikary asintió y se dirigió a la cancha. Al llegar a la línea lateral, pidió un tiempo muerto, los jugadores de Karasuno se sorprendieron al ver a Hikary con el número 0 en el pecho.
"¡Pido un cambio!" anunció Ukai.
Cuando Hikary se paró junto a sus compañeros, el gimnasio se llenó de murmullos. Su presencia en la cancha elevó el nivel de emoción del partido. Con una mirada desafiante, Hikary se dirigió a la red, listo para demostrar de lo que era capaz.
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COMO SIEMPRE CUMPLO LO QUE PROMETO CHICOS, AQUÍ EL SEGUNDO CAPÍTULO, IBA A SUBIRLO EL DOMINGO PERO YA ERA MUY TARDE CUANDO ME DI CUENTA.
