✧Eighteen✧

511 90 2
                                    

"La felicidad se encuentra en el presente, no en el pasado o el futuro."

             ────────────────

EL SOL BAÑABA EL CEMENTERIO con su cálida luz, creando un juego de sombras y luces que danzaban entre las lápidas. Una suave brisa acariciaba los árboles circundantes, llevando consigo el aroma de la tierra húmeda y las flores recién cortadas. En este oasis de tranquilidad, Hikary se encontraba frente a una lápida sencilla, adornada con un ramo de tulipanes rojos, sus flores favoritas.

Su cabello negro, tan brillante como el ala de un cuervo, contrastaba con el blanco de la lápida. Con cuidado, se agachó, apoyándose en su bastón tallado. Sus dedos acariciaron suavemente las letras grabadas en la piedra fría, como si tratara de sentir la presencia de quien yacía bajo ella. Dejó el ramo de tulipanes sobre la lápida, una ofrenda silenciosa.

Al incorporarse, Hikary cerró los ojos y respiró profundamente, inhalando el aire fresco y cargado de recuerdos. Una sonrisa nostálgica se dibujó en sus labios. "Perdón por no haber venido antes", susurró, su voz apenas audible sobre el suave murmullo del viento. "Pero ya estoy aquí, y traje tus flores favoritas". Abrió los ojos y miró una vez más la lápida, como si estuviera esperando una respuesta.

Antes de alejarse, se volvió una última vez. Pronunció el nombre grabado en la piedra con una mezcla de tristeza y cariño, con pasos lentos, se alejó de la tumba, dejando atrás un rastro de pétalos rojos que se dispersaban al viento, como lágrimas en el aire.




         ꒰ ୨୧ ─ ・┈ ・ ─ ・┈ ─ ・┈ ─ ・┈ ꒱꒱

La ciudad de Tokio, siempre vibrante y llena de vida, se veía esa tarde como un escenario de película de acción. Un deportivo de alta gama surcaba las calles, esquivando el tráfico con una agilidad sorprendente, al volante, una mujer de belleza cautivadora, con el cabello castaño ondeando al viento y unos intensos ojos azules ocultos tras unas elegantes gafas, conducía con una determinación férrea. Era Haeru Sato, una mujer de negocios poderosa y exigente, y en ese momento, estaba visiblemente enfadada.

Sus manos, largas y delicadas, pero con una fuerza sorprendente, apretaban el volante con tal intensidad que los nudillos se le blanquecían. ¿Qué la había puesto así? Un informe médico, aparentemente. Uno que revelaba que su hermano menor, Hikary, había sufrido nuevamente una lesión y había sido hospitalizado, otra vez.

Al llegar a su destino, Haeru estacionó el coche en seco frente a un poste de luz, donde Hikary estaba distraídamente revisando su teléfono. El joven, con sus ojos ambarinos llenos de sorpresa, se dejó caer al suelo cuando el potente motor del deportivo se apagó de golpe. Al ver quién era la conductora, su expresión cambió de sorpresa a terror.

Haeru salió del coche con paso firme y se dirigió hacia Hikary, que aún yacía en el suelo. Lo agarró del brazo y lo levantó con brusquedad. "¡Hikary! ¿Qué demonios te pasa? ¡Me mandan un informe diciendo que has estado en el hospital y tú aquí, como si nada hubiera pasado!"

Hikary, aturdido por la fuerza de su hermana, balbuceó una explicación. "Haeru, espera... fue solo un pequeño accidente. Ya estoy bien".

Pero Haeru no parecía dispuesta a escuchar. "¡Un pequeño accidente! ¡Podrías haberte lastimado seriamente otra vez, o peor aun, empeorar más! ¿Cómo esperas que siga adelante con mi trabajo  si tengo que estar preocupándome por ti todo el tiempo?"

Hikary intentó zafarse de su agarre, pero Haeru era demasiado fuerte. La escena era cómica y dramática al mismo tiempo, como algo sacado de una película de acción. Los transeúntes se detenían a mirar, intrigados por el espectáculo.

CISNE | haikyuu x maleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora