✧Twenty✧

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"Cada persona es un mundo por descubrir."


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EL AIRE ESTÁBA CARGADO DE TENSIÓN CUANDO, de repente, un pequeño crujido rompió el silencio. Ambos jóvenes se separaron al instante, sus miradas buscando la fuente del sonido. Sus ojos se movían frenéticamente, pero no había nada, solo la quietud del entorno. Hikary, sintiendo una punzada de incomodidad, se alejó rápidamente del joven de peinado inusual.

Las  mejillas de Hikary se tiñeron de un intenso rubor. Recordó el momento justo antes del crujido, cuando estaban tan cerca de besarse con aquel joven de ojos felinos. Avergonzado, el joven de ojos ámbar dio media vuelta y corrió hacia su dormitorio, ignorando los llamados desesperados de Kuroo que resonaban en el aire.

Con una mezcla de irritación y desilusión, Kuroo maldice en voz baja y se deja caer sobre el césped. Sus manos tibias se hunden en la hierba fría, enfriándose lentamente. Su respiración es irregular, mientras su rostro enrojecido delata el torbellino de emociones que lo inunda. Con un suspiro frustrado, se tumba completamente en el césped, mirando al cielo y recordando cómo había estado a solo milímetros de besar  al joven de ojos ámbar.

Con un gesto instintivo, cubrió sus ojos con el antebrazo, tratando de ocultar la confusión que lo invadía. Su mente no podía dejar de pensar en lo que había sucedido, y, al darse cuenta de que su cuerpo también había reaccionado a la cercanía del otro, se sintió aún más avergonzado. Con un suspiro, cubrió su entrepierna, sintiendo que los nervios no eran lo único que había despertado en ese momento tan inesperado.








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El sonido de pisadas y pasos lentos era proveniente del dormitorio del equipo de Karasuno Yamaguchi, quien había notado desde hace unos minutos la ausencia de uno de sus compañeros, empezó a preocuparse, y con un tono de preocupación evidente, pregunto. "¿Alguien sabe dónde está Hikary-sempai? Desde hace un rato que no lo veo".

Todos los presentes se miraron unos a otros, percatándose de la ausencia del joven. Nishinoya, siempre el más enérgico, exclamó "¡¿Hikary no está?! ¡Eso es raro! Él siempre es el último en levantarse"

Tanaka quien se encontraba a su lado, asintió afirmando lo que había declarado su amigo y compañero, y con una expresión pensativa, agregó "Es verdad, Nishinoya. Nunca lo había visto levantarse tan temprano".

Daichi, el capitán del equipo, terminó de arreglar su futón y se estiró perezosamente. Con una mirada pensativa, dijo. "Seguro que despertó temprano, Kiyoko me comentó que suele tener insomnio. Tal vez despertó temprano y fue a caminar".

Los pies jóvenes, golpeaban unísonos el suelo, un ejército de adolescentes, algunos  aún con sueño pesando en los párpados, se dirigía hacia un destino común, el comedor. Risas nerviosas y susurros entremezclados rompían la quietud matutina. El aire, fresco se filtraba por las ventanas, despertando sentidos adormecidos. A medida que se acercaban, un aroma embriagador los envolvió, una mezcla tentadora de café recién hecho, pan tostado y algo dulce, quizá fruta fresca, los estómagos, antes adormecidos, comenzaron a rugir en demanda. Las conversaciones se aceleraron, llenas de anticipación. Los chicos, con los ojos brillantes, intercambiaban miradas cómplices.

Al abrir la puerta, una escena idílica se desplegó ante sus ojos. La mesa, adornada con un mantel blanco, estaba repleta de manjares, tazas humeantes, platos con coloridas frutas y bandejas de pan recién horneado invitaban a ser degustados. Pero lo que más llamó su atención fue la presencia de las managers, ataviadas con delantales de cocina, moviéndose con gracia entre los platos, sus sonrisas radiantes iluminaban el ambiente. De repente, una figura familiar se acercó a la entrada. Hikary, con un delantal blanco impecablemente puesto, les regaló una cálida sonrisa. Su presencia, inesperada y llena de encanto, dejó a todos boquiabiertos. Los chicos, acostumbrados a verlo en sus atuendos deportivos, no podían creer lo bien que lucía con aquella vestimenta. Su belleza, que nunca fue algo oculto, se revelaba más ahora en todo su esplendor.

Un murmullo recorrió la habitación. Los chicos se miraban entre sí, sorprendidos y un poco incómodos. El orgullo masculino, herido por la evidente belleza de Hikary, se mezclaba con una admiración genuina. Algunos, sin poder evitarlo, sintieron un pequeño pinchazo de envidia. Pero en general, la sorpresa inicial dio paso a una sensación de bienestar. Después de todo, ¿quién no quería comenzar el día con un desayuno delicioso y una compañía tan agradable?

Un murmullo de expectación recorrió la sala al escucharse los pasos firmes de los entrenadores y maestros. El aroma a café y pan recién horneado se intensificó, creando una atmósfera cálida y acogedora, Ukai, con su habitual semblante serio pero amable, se deslizó entre las mesas y tomó asiento junto a sus colegas. Su mirada, acostumbrada a escrutar cada detalle, se posó en el grupo de jóvenes.

Hikary, con su delantal blanco impecable, se había convertido en el centro de atención de sus compañeros, rodeado de amigos, reía a carcajadas ante sus bromas, sus ojos ambarinos brillaban con alegría, y su sonrisa desarmaba cualquier atisbo de hostilidad. A pesar de las burlas amistosas por su atuendo, Hikary parecía disfrutar del momento.

Ukai, sin dejar de tomar su café, observaba a Hikary con atención. Le llamó la atención la confianza y la naturalidad con la que el joven llevaba ese delantal, tan ajeno a su imagen habitual, una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del entrenador, recordándole a alguien de su juventud. No muy lejos de allí, Kuroo Tetsurou, el capitán del Nekoma, observaba a Hikary, con la taza de café humeante entre sus manos, observaba al joven de reojo. Su mirada se perdía en los recuerdos de la madrugada anterior. Un encuentro casual, un cruce de palabras, una cercanía inesperada que había dejado una huella en él. Era como un sueño nebuloso, una imagen borrosa que se negaba a desvanecerse por completo.

A pesar de la distancia física que los separaba, Kuroo sentía una extraña conexión con Hikary. Era como si una corriente invisible los uniera, recordándole constantemente aquel breve momento de que tuvieron juntos, pero que lastima mente fue interrumpido. Sin embargo, también existía una barrera entre ellos, una tensión palpable que parecía crecer con cada segundo. Aquel joven de peinado inusual se perdía en los ojos ambarinos de Hikary. Eran ojos que habían visto mucho, que guardaban secretos y misterios. En ese instante, le pareció ver un destello de luz, como si Hikary también recordara aquel encuentro. La mirada de Kuroo se intensificó, y por un breve momento, el tiempo pareció detenerse.








 La mirada de Kuroo se intensificó, y por un breve momento, el tiempo pareció detenerse

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HELLOOOO GENTE, PENSARON QUE ME SECUESTRATON VERDAD JAJAJA, PUES NO, LA UNIVERSIDAD ME TIENE BASTANTE OCUPAD@.

PERO LO BUENO ES QUE TENEMOS NUEVO CAPÍTULO, POR CIERTO, DÉJENME EN LOS COMENTARIOS SI LES GUSTARÍA QUE HICIERA UN ESPECIAL DE HALLOWEEN, LOS LEEO.

BESOS Y ABRAZOS XOXO.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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CISNE | haikyuu x maleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora