"La soledad es un sentimiento agridulce. A veces, la necesitamos, pero otras veces nos consume."
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LA LLUVIA CAÍA A CÁNTAROS, borrando las líneas entre el cielo y la tierra. El sonido ensordecedor de las gotas golpeando el suelo se mezclaba con el eco lejano de su propia voz, un grito desesperado que resonaba en sus oídos.
En sus brazos, un peso indefinido. Una figura envuelta en una silueta borrosa, un rostro que se escapaba de su memoria, intentaba aferrarse a ese recuerdo, pero era como tratar de atrapar humo. Los contornos se difuminaban, los colores se desvanecían, y solo quedaba la sensación de un vacío abrumador.
Recordaba la angustia, la desesperación, la impotencia de no poder hacer nada. Sus manos, heladas y temblorosas, trataban de aferrarse a algo, a cualquier cosa que le diera una explicación, pero todo era un borrón, una mancha en un lienzo gris.
La imagen se intensificó por un instante, la sirena de una ambulancia, estridente y cercana, cortando la noche. Las luces rojas y azules destellando a través de la lluvia, proyectando sombras grotescas en el suelo y luego...
La oscuridad.
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Hikary se sentía como un animal acorralado. Cada palabra que salía de la boca de Saijo era una estocada certera a su pasado, a un tiempo que prefería olvidar. Su respiración se aceleraba, su corazón palpitaba como un tambor, y sus puños se apretaban con fuerza, como si quisiera atrapar la ira que lo consumía.
"Lamento no haberme quedado un rato para hablar contigo... Saijo, no tenía mucho tiempo", dijo Hikary, forzando una sonrisa. Su voz sonaba más temblorosa de lo que hubiera querido.
Saijo arqueó una ceja, su sonrisa burlona se ensanchó. "No me digas, si ni siquiera fuiste capaz de decirme hola. Tantos años sin vernos y así me recibes", espetó con arrogancia.
Hikary apretó los dientes. "Lo sé, pero no somos amigos cercanos como para tener tantas conversaciones".
"Lo sé... Pero recuerda que tú y yo tuvimos algo en común hace mucho tiempo. ¿Recuerdas?", insistió Saijo, su mirada penetrante clavándose en la de Hikary.
La ira de Hikary crecía como una ola a punto de romper. Quería gritarle, quería golpearlo, quería hacer desaparecer esa sonrisa burlona de su rostro. Apretó su puño con tanta fuerza que sentía cómo sus uñas se incrustaban en su piel.
"No tienes el derecho de hablarme así", comenzó Hikary, pero antes de que pudiera continuar, sintió una mano posarse sobre su hombro. Era Ukai, su entrenador, quien lo miraba con una expresión fría y seria.
"Hikary, ya la comida llegó. Vámonos", dijo Ukai, su voz resonando con autoridad. Sus ojos se posaron en Saijo y su grupo, y un escalofrío recorrió la espalda de Hikary al sentir la intensidad de aquella mirada. "Largo, mocosos", espetó Ukai, dirigiéndose a Saijo.
Los amigos de Saijo retrocedieron un paso, claramente intimidados por el entrenador. Saijo, sin embargo, mantuvo su sonrisa burlona. "Está bien, Hikary. Nos veremos pronto", dijo con desdén.
Ukai, con una delicadeza inesperada, tomó la mano de Hikary y lo condujo hacia un rincón apartado del bullicio. Allí, bajo la tenue luz, se detuvieron.
"Hikary... Si necesitas llorar puedes hacerlo", susurró Ukai, su voz suave como una brisa. Antes de que Hikary pudiera responder, Ukai lo envolvió en un abrazo cálido y protector.
Hikary se quedó inmóvil por unos momentos, sorprendido por la inesperada muestra de afecto, luego, lentamente, correspondió el abrazo, buscando refugio en el cuerpo más grande. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, calientes y saladas, mientras trataba de contener los sollozos.
Ukai acarició suavemente la espalda de Hikary, sintiendo cómo su cuerpo se estremecía con cada sollozo, después de unos minutos, se separó un poco y tomó el rostro de Hikary entre sus manos. Notando que sus ojos estaban hinchados y enrojecidos por el llanto, y sus mejillas estaban ardiendo. Ukai observó cada detalle de su rostro, notando la fragilidad que se escondía detrás de esa fachada fuerte.
Ukai se acerca lentamente a el, cada vez más la distancia era más corta entre ambos, podía sentir sus respiraciones sus ojos fijos en los labios del joven el aroma embriagador de Hikary en sus fosas nasales. Podía sentir su corazón latir con fuerza en su pecho, y una oleada de deseo lo invadió, pero no podía al ver la vulnerabilidad de Hikary, se detuvo. No podía aprovecharse de él en ese estado.
Besó suavemente la frente del ojos ámbar . "Vamos, sécate las lágrimas. Tenemos que volver con los demás", dijo con voz suave. Luego, tomó un pañuelo y cuidadosamente limpió las lágrimas de su rostro.
Juntos, regresaron a la mesa, donde el equipo los esperaba. Hikary se sentía agotado, pero también aliviado. Sabía que podía contar con Ukai...Aunque no de la manera que había esperado.
Después de un largo día de trabajo y de haber regresado de Tokyo,todos regresaron a sus hogares, para poder descansar como se debía.
Hikary yacía en su cama, la oscuridad de la habitación envolviéndolo como un manto suave, sus ojos, normalmente brillantes y llenos de vida, estaban apagados. La luz del día se había filtrado por su ventana, pero ahora solo quedaba una tenue penumbra que acentuaba los contornos de su habitación.
Su mente era un torbellino de pensamientos. Imágenes de Saijo, con su sonrisa burlona, se mezclaban con las de Ukai, con su mirada profunda y protectora, el día había sido agotador, lleno de emociones encontradas, ira, miedo, confusión, y ahora, un profundo cansancio.
Cada músculo de su cuerpo pedía descanso, pero su mente seguía trabajando a mil por hora. Intentaba ordenar las piezas de su rompecabezas, pero todo parecía más confuso que nunca. El encuentro con Saijo había reavivado viejas heridas y el contacto con Ukai había despertado sentimientos que no sabía cómo interpretar.
Cerró los ojos con fuerza, tratando de bloquear todas esas imágenes y pensamientos, necesitaba desconectar, al menos por un tiempo. Respiró profundamente, intentando calmar su corazón acelerado, pero por más que lo intentaba, el estrés seguía ahí, como una sombra que lo perseguía.
ˏ⸉ˋ‿̩͙‿̩̩̽‿̩͙‿̩̥̩‿̩̩̽‿̩͙‿̩͙‿̩̩̽‿̩͙‿̩͙‿̩̩̽‿̩͙‿̩̥̩‿̩̩̽‿̩͙'⸊ˎ
GENTE TREMENDO CAPITULÓ ESTE JAJAJAJA, CUANDO ESTABA DE CAMINO A MI CASA DE LA UNIVERSIDAD, SE ME METIÓ TREMENDA IDEA Y SALIÓ ESTA ECSENA DE UKAI.
LA VERDAD QUERÍA LLEVARLO UN POCO MÁS LEJOS, PERO NO, QUIERO TRATAN DE HACER QUE NUESTRO RAYITO DE SOL HAGA MÁS EXPERIENCIA CON OTROS PERSONAJES.
BUENO HASTA AQUÍ EL NUEVO CAPÍTULO, PASEN LINDA NOCHE, BESOS Y ABRAZOS.
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CISNE | haikyuu x male
Fanfiction❝ El camino hacia el éxito está pavimentado con tropiezos, pero solo aquellos que se levantan después de cada caída llegan a la cima❞ ⋆ ִֶָ ࣪ . ִֶָ ˑ ִ ֗ ۫ ִֶָˑ ִ ۫ ִֶָ⋆CISNE⋆ ִֶָ ࣪ . ִֶָ ˑ ִ ֗ ۫ ִֶָˑ ִ ۫ ִֶָ⋆ ⸻ Con un coraz...